La noticia del nuevo cargo otorgado por el PSOE a Javier de Juan, hasta ahora Conseller de Derechos Sociales y presidente del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), no ha tenido en la Península tanto eco como cabría esperar. Tal vez la sociedad mallorquina pueda cuestionarse por qué una persona que ha estado envuelta en un caso de explotación sexual a menores tuteladas en la isla, sea ahora un nuevo cargo “estrella” del partido socialista.
En su perfil público de LinkedIn, De Juan sigue manteniendo su anterior cargo: Conseller de Derechos sociales y Presidente del IMAS. Aún no lo ha actualizado tras anunciarse su nuevo nombramiento. Y para una persona como él, quizá no sea tan importante tener al día las redes sociales. Los medios se encargan de publicar todos y cada uno de los movimientos que se suceden en su curriculum de ahora en adelante. O mejor dicho, desde el escándalo de las niñas tuteladas en Baleares en adelante. Tanto es así que algunos medios se han afanado por aclarar que el PSOE le cesa pero a cambio le asciende regalándole otro cargo. ¿Es De Juan realmente la primera víctima política del escándalo de las niñas tuteladas de Baleares?
Quizá alguien más o menos perspicaz pueda preguntarse las razones por las que se considera que De Juan es muy capaz de gestionar políticas estratégicas. Como si las mismas pudieran funcionar a modo de telón o de nube de humo que evite que se eche la vista atrás. O evitar que se vuelva a recordar una realidad que aún no se ha resuelto del todo. Dos años de pugna en los tribunales sin resolución en un caso de prostitución y abuso a menores tuteladas en centros gestionados por el IMAS. Cerca de una veintena de personas detenidas y la consideración de 16 niñas tuteladas por la administración balear como «casos aislados», menores a las que se abusó y se prostituyó.
El cargo actual de Javier de Juan lo ocupará Sofía Alonso, hasta hoy directora insular de atención sociosanitaria, de quien han llegado a decir que “tiene el mejor perfil posible en temas sociales”. Pero a la que tal vez la opinión pública pueda llegar a recordarla porque fue uno de los altos cargos del gobierno balear que en tiempos de plena pandemia, se saltó el orden marcado para vacunarse cuando ni por edad ni por riesgo para la salud le tocaba hacerlo. Cosas que pasan en la política…
Salida de Javier de Juan del IMAS: ¿destitución o ascenso?
La oposición del PP no ha tardado mucho en reaccionar. Tilda el nombramiento como “destitución” de Javier de Juan pese a que al final un cargo público es un cargo público. Ya sea esto en el IMAS o en cualquier otra institución en la que se ocupe un puesto para el trabajo hacia los demás. Quizá no hubiera hecho falta que se le destituyese y se le nombrase para otro cargo en la administración balear porque ya las propias declaraciones de Javier de Juan en 2020 preveían (tal vez) que su puesto podía moverse de un momento a otro. Sobre todo cuando tras un pleno y en respuesta a un diputado de Vox, Javier de Juan dio pie a lo que muchos medios ensalzaron como titular de la crónica parlamentaria mallorquina. De Juan afirmaría: “Dimitiría ahora mismo si con ello se acabase la problemática de los abusos sexuales infantiles”.
Como era de esperar, a nivel general los abusos no han acabado. Se trata de un tema grave que lastra el desarrollo de nuestra sociedad actual. Tristemente se da cada día, y cada cierto tiempo ocupa las portadas de los periódicos a lo largo y ancho de nuestro mundo. Los abusos, lejos de acabar, siguen produciéndose. Y quizá no se solucionen con una dimisión más o menos. Pero sí podrían empezar a atajarse con medidas serias, sólidas y contundentes, con herramientas.
Y sobre todo, con interés de quienes nos gobiernan que suelen ser casi los mismos que gestionan los centros de tutela de menores. En los que como en el caso de Baleares, permitieron que durante cierto tiempo varias menores se escapasen y fueran víctimas de abuso y prostitución. Quienes tenían que protegerlas no lo hicieron. Y tampoco hoy se rasgan las vestiduras por su inacción.
Muy al contrario, aquellos que tenían mano en el asunto y quienes pudieron hacer más de lo que hacían, ponen todos sus esfuerzos en tapar y en lanzar bombas de humo. También en mirar tan para adelante que se olvidan de que hay menores de por medio y que eso que les pasó, forma parte ya de la herida de su pasado.
