Los audios de Campechano y la Corista entretienen más que el Hola. No sorprenden, entretienen. Tampoco nos despistan de lo realmente importante porque ya tengo dicho aquí que la monarquía en España es un Anillo de Frodo de la PPSOE. Nada más. Hace su papel dentro de este engendro político que nos vendieron muy requetebién como transición pacífica desde la dictadura por obra y gracia del consenso. Un consenso con el que los imperantes y su séquito permutaron una sola preposición para colarnos una transición desde la dictadura cuando, en realidad, se trataba de una transición a la dictadura, pero con chaqueta de pana. ¡Qué vida!
La PPSOE crea partidarios y favores
En lo tocante al tema de hoy, Campechano apunta al modus operandi de la «cosa nostra» de la PPSOE diciendo «entre tú y yo, durante muchos años… han puesto, en vez de a profesionales y tal, han puesto a chorizos». Tampoco se explica cómo la gente seguía votando al PSOE –y ahora a la PPSOE- cuando estaba perfectamente acreditada su grosera corrupción. Finalmente, da con una de las claves al señalar que “lo que pasa es que, bueno, hay mucha gente que son partidarios de ellos y hay muchas cosas que posiblemente callan”.
Esto es lo que ha conseguido la PPSOE en estos últimos 45 años: crear partidarios. Teniendo un número suficiente de ellos, la verdad y el progreso pasan a un segundo plano mientras el gobierno de turno patentice que se acciona a favor de sus partidarios y contra los partidarios ajenos, siguiendo el mito de las Dos Españas.
Resulta ridículo que, a pesar de no haber dado una a derechas en 45 años, ese mito y esa política de antagonismos les siga funcionando. Ridículo también resulta que la ciudadanía, en lugar de demandar un Estado de Derecho de ciudadanos libres e iguales ante la ley, consienta un «estado de hecho» de partidarios y favores que, por supuesto, va a dar al traste con todo. No podemos contar con los partidarios que viven del tiovivo de la PPSOE.
Son millones de compatriotas viviendo del dinero público más y mejor que los que trabajamos en el sector privado. Nadie se juega sus habichuelas. Estos artículos, lógicamente, van dirigidos a ese resto de españoles que se levantan cada mañana para sacar su casa adelante y que empiezan a estar muy fatigados por un sistemita que se lo quita casi todo para que sus partidarios puedan vivir a sus anchas.
Una falsa democracia sin sujeción ni a la Ley ni a la Constitución
Un ejemplo paradigmático de todo esto nos lo brinda el PP de Palos de la Frontera. Ni es el primero, ni será el último. Allí, con la aquiescencia del partido, el alcalde de los últimos 30 años, Carmelo Romero, también senador, introdujo primero en «su lista» como número ocho a su hija, Milagros Romero, para investirla, un año y pico después, como alcaldesa gracias a la previa renuncia tanto suya como del resto de concejales «por consenso«. Él, no obstante, se queda de teniente alcalde y portavoz.
Yo es que Me troncho. Me troncho no solo por esta familia de caciques, sino sobre todo por los 12.739 partidarios que la PPSOE ha creado en dicho municipio. Partidarios que no solo no van a censurar dicha cacicada, sino que seguirán votando lo mismo caiga quién caiga. 45 años de falsa democracia no solo les ha institucionalizado, sino que además los ha convertido en partidarios, cada uno de su facción, sin advertir que son una misma cosa: la PPSOE.
Mientras muchos, al escuchar o leer los audios de la corista, se acordarán de aquel “¿por qué no te callas?” de Campechano -defendiendo a ZP de Chávez, cuántas vueltas da todo- creo que es más importante ir al fondo de las cosas y tomar nota de este fenómeno de los partidarios. Creo que debemos recordarlo y rechazarlo. Sobre todo, sus perniciosas consecuencias, como esta de la sucesión orquestada de una alcaldía ciscándose directamente en la democracia que dicen defender.
Estas cacicadas -no te engañes- solo se pueden conseguir porque no solo nos han institucionalizado, sino que también han convertido a una mayoría en partidarios. Partidarios de una PPSOE -cada uno de su facción- que puede así hacer lo que le venga en gana sin sujeción ni a la Ley ni a la Constitución. Ahora dime, ¿quieres ser un partidario más o prefieres ser un ciudadano libre e igual ante la ley?… Pues ya sabes, obra en consecuencia. Sobre todo, no te conformes con esta basura.
