Martutene es el centro penitenciario en el que Kote Cabezudo cumple prisión provisional por los delitos que se le imputan. Pero Cabezudo no es un interno más en la prisión de Martutene. Desde que ingresó es tratado con unos privilegios de los que no gozan sus compañeros. Ya les contamos que incluso un día llegó a salir para estar casi una hora conversando en los Juzgados de San Sebastián con la jueza Ana Isabel Pérez Asenjo. No importó que la Magistrada estuviera apartada del caso. Ninguna explicación ha dado sobre la presencia en su Juzgado, sin asistencia de las partes personadas, de un preso respecto del que ya no debiera tener jurisdicción habida cuenta de su imputación, precisamente por omitir su deber de perseguir los delitos de Cabezudo.
Hoy les traemos un testimonio de un preso que ha compartido prisión con Kote Cabezudo. Nos explica algo que ya sabíamos, pero es importante conocerlo a través de un testigo presencial. Kote Cabezudo dispone de una estancia en la enfermería cuya puerta está siempre abierta. Entra y sale de ella cuando quiere. Se mueve por la prisión sin límites, como ordenanza de enfermería, dando cita a los presos que han de pasar consulta.
En Martutene, Kote Cabezudo no es cojo de muleta
A pesar de que es frecuente verle en sus comparecencias judiciales cojeando y caminando apoyado en una muleta, este compañero de prisión nos cuenta que “puede ser que camine con alguna cojera, pero en Martutene nunca se le ha visto caminando con bastón”. Es vox populi que cuando a Kote le dan una muleta en Martutene significa que al día siguiente tiene comparecencia judicial u hospitalaria. La muleta es el pretexto para un privilegio más: no ir esposado en sus salidas de prisión como van el resto.
El testimonio de este recluso añade que “aunque los violadores son muy mal vistos en las cárceles y tienen problemas y aunque todo el mundo sabe quién es Kote, nadie se atrevería a hacerle nada porque está muy protegido y eso es de conocimiento público. En una conversación con él presumía de que le pedían más de 300 años de prisión”.
Cuanta injusticia,Dios bendito.En la cárcel era donde tendría que recibir su merecido,ya que la justicia brilla por su ausencia.