Fernando Grande Marlasca, ministro de Interior, ha sido humillado públicamente por Pedro Sánchez. El Presidente le ha obligado a rescindir de modo unilateral un contrato con la empresa israelí IMI Systems. El objeto del contrato: la compra de 15.300.000 balas por valor de 6,6 millones de euros.
La balas son del calibre 9×19 mm. Y estaban destinadas para las armas cortas de la Guardia Civil y la Policía. Se trata de unas nuevas pistolas reglamentarias de la marca Ramón, también de fabricación israelí.
Pedro Sánchez, presionado por IU, decidió desautorizar a Marlasca, que no dimite
Izquierda Unida (IU) amenazó a Sánchez con salir del Gobierno. Y, para evitar una crisis, Pedro Sánchez decidió desautorizar al Ministro. Marlasca no ha dimitido ni piensa hacerlo.
Izquierda Unida ha sentado un precedente de su capacidad para forzar a Sánchez a obligar a un ministro a modificar una decisión importante. Y a la vez deja en evidencia al propio Sánchez. Porque en diciembre de 2023 el Gobierno adjudicó un contrato de 576 millones con una empresa israelí para el desarrollo de un sistema de lanzacohetes de alta movilidad de misiles, que fue presentado en una Feria de Industria de la Defensa.
Son las únicas balas que funcionan en las pistolas reglamentarias de la Policía y la Guardia Civil
El Partido Popular ha anunciado que va a denunciar ante el Tribunal De Cuentas la rescisión del contrato de las balas por el alto coste económico. Interior va a tener que pagar varios millones como indemnización y sin contraprestación alguna. Por ello el PP considera que se “plantea una responsabilidad contable por menoscabo de los caudales públicos, con incumplimiento de las normas presupuestarias que exigen entrega de algo”.
Pero el problema añadido que tiene Marlasca es que, al margen del quebranto económico, según unos estudios de los laboratorios de balística policiales, las balas isrealíes eran las únicas que pasaron las pruebas sobre todas las marcas de munición que se presentaron al concurso público finalmente adjudicado a IMI Systems. El resto de las balas que fueron testadas, de otras marcas, se encasquillan.
“Esto es un disparate que pagamos los funcionarios policiales y que pagan los ciudadanos”
Al cancelar el contrato, según me informan fuentes sindicales policiales, “vamos a tener a muy corto plazo serios problemas de abastecimiento de munición. En todas las unidades la pistola que se nos adjudicó es la israelí Ramón. Y esas balas que se iban a comprar son la únicas que pasaron las pruebas de laboratorio. Ahora tienen dos posibilidades, o nos facilitan balas que con facilidad se encasquillaran si hay que utilizarlas o nos dejan sin munición. Y esto afecta tanto a los funcionarios que trabajan en seguridad ciudadana como a cuerpos de élite antiterrorista o de lucha contra el narcotráfico”.
Fernando Grande Marlasca tiene una trayectoria en Interior jalonada de escándalos de todo tipo. Pero ni Sánchez le destituye ni él dimite.
Las mismas fuentes sindicales me comentan que “nosotros no entramos en cuestiones políticas. Pero nos da la impresión de que el Gobierno no es consciente de lo que está haciendo, porque Israel va a tomar buena nota, y para la inteligencia española y los cuerpos policiales la ayuda de los servicios de inteligencia y los cuerpos policiales israelíes es muy importante. Parece como si no les importara pero a los funcionarios que, además, nos jugamos la vida cada día, nos importa mucho, y necesitamos estar dotados de munición adecuada al armamento que se nos facilita. Nosotros no hemos elegido las pistolas Ramón, nos las han entregado y no podemos utilizar las pistolas que nos dé la gana sino las reglamentarias que nos facilita Interior. Es todo un disparate que pagamos los funcionarios policiales y que pagan los ciudadanos”.
