Sí, creo que lo de Ceuta fue una invasión. Llamemos a las cosas por su nombre. La RAE define invasión como “irrumpir o entrar por la fuerza, ocupar anormal o irregularmente un lugar”. Pues eso. La responsabilidad de lo ocurrido es del Gobierno de Marruecos, sin paliativos. Los diez mil jóvenes que cruzaron la frontera lo hicieron empujados por el Gobierno marroquí. Incluso a muchos de ellos les trasladó desde sus lugares de origen en autobuses y con un dinerillo para gastos menores. Pero además lo sucedido con Marruecos ha puesto en evidencia la torpeza infinita de nuestro gobierno. Su impericia diplomática, cómo ha infravalorado a la inteligencia y la diplomacia del vecino del Sur. También lo vulnerable que es España ante una agresión marroquí.
Consentir la llegada a España para ser atendido en un hospital del polémico líder del Polisario Brahim Ghali con documentación falsa a nombre de Mohamed Ben Battouch y pensar que el asunto iba a pasar desaparcibido, es indicativo del nivel de nuestro Gobierno. Lo que pretendía el Ejecutivo que fuera una iniciativa de carácter humanitario se ha convertido en un engaño a un país vecino. Ha sido una excusa perfecta para que Marruecos nos golpeara donde más le duele al Gobierno. Evidencia que hemos minusvalorado al servicio de información marroquí. También ha quedado claro que nuestro CNI no fue capaz de detectar el movimiento de diez mil personas en la frontera de Ceuta con antelación a la invasión.
Invasión: acto hostil contra nuestras fronteras
No hemos vivido una crisis migratoria sino la utilización por Marruecos de seres humanos para presionar a España, para tratar de doblegarla respecto a la soberanía del Sáhara occidental. Cuestión clave para nuestros vecinos que los sucesivos gobiernos españoles han manejado con poca finura. Marruecos es un país en el que la Constitución otorga la mayoría del poder ejecutivo al Rey. Una dictadura en la que se encarcela a periodistas u homosexuales por el mero hecho de serlo. Marruecos decidió convertir lo que podía haber sido un incidente diplomático como otros, en un acto hostil gravísimo contra nuestras fronteras.
Y saben muy bien cómo hacer daño porque una invasión de soldados puede ser repelida con la fuerza de las armas del Ejército, pero una invasión de niños y jóvenes perseguidos por la hambruna y la desesperación, te obliga a no utilizar la fuerza y activar todos los dispositivos de la ayuda humanitaria. Una vez consumada la invasión y sabedores de que los mayores iban a ser devueltos pero no los menores, Marruecos subió el órdago a través de su embajadora. Al ser llamada por la ministra española de Exteriores, dijo rotundamente: “hay actos que tienen consecuencias”, un minuto antes de regresar a Marruecos.
Después cerraron el grifo de la entrada para dejar bien sentado que manejan la situación a su antojo. Encima se descojonan de nuestro Ejército. Lo califican de ONG por haber actuado correctamente ayudando a salvar la vida de muchos de los que cruzaron a nado. Y es verdad que los actos tienen consecuencias. Las tiene el asunto del líder del Polisario, como las tuvieron que Rodríguez Zapatero no se levantara al paso de la bandera de los EEUU en un desfile. O incluso que Sánchez se empeña en gobernar con un partido que no cesa de evidenciar que en los asuntos clave de la política internacional de España, está en las antípodas de Sánchez. Y no piensa callarlo.
España queda en posición de debilidad…
Marruecos ha avisado. Ha dejado al aire la vulnerabilidad de nuestra frontera. Ha avisado como suele, a través de sus medios de comunicación oficiales (en estos casos nunca hablan las autoridades pero hay que leer sus medios). Esperemos que los lean nuestros servicios de inteligencia. La próxima invasión podría ser de treinta, cuarenta o cincuenta mil marroquíes, más quince o veinte mil subsaharianos. Y ojo, que además de Ceuta y Melilla, advierten que pueden enviarles en pateras a Canarias. Aquí no cabrían devoluciones en caliente y a ver cómo gestiona Sánchez una invasión de ese fuste.
Y además a ver cómo resuelve Sánchez el asunto de Brahim Ghali con la soberanía y el control del Estrecho como telón de fondo. Primero a ver si el día 1 de junio se presenta en la Audiencia Nacional. Está citado para declarar en dos causas en las que se le acusa de gravísimos delitos de genocidio, secuestro, torturas y violaciones. Si Ghali permanece en España, Marruecos interpretará que Sánchez les está echando un pulso de fuerza y se evidenciará también que el Gobierno se pasa la justicia por el forro. Si el Gobierno autoriza la salida de España del líder Polisario, Marruecos interpretará que ha ganado un pulso y se preparará para el siguiente, subiendo la apuesta.
En otras ocasiones han sido el rey Juan Carlos o los EEUU los que nos han resuelto los problemas. Bush lo hizo por su buena relación con Aznar. Pero hoy Marruecos se siente fuerte al haber pactado con Trump un intercambio del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Israel. Acuerdo que se alcanzó con nuestra ministra de Exteriores de viaje oficial a Tel Aviv y sin enterarse. Y parece que Biden va a mantener la relación preferente con Rabat, reforzada por Trump.
Y Francia apoyando a Marruecos en integrar el Sáhara en el reino de Marruecos con estatus de autonomía. España de este modo, queda en posición de inmensa debilidad. No quiere apoyar la integración de Sahara en Marruecos porque ello complicaría muchísimo nuestras relaciones con Argelia, nuestro principal suministrador de gas.
Y si se consuma la integración del Sahara en Marruecos es más que probable que se inicie un conflicto armado entre Argelia y Marruecos. Marruecos maneja con su habitual astucia la posición de debilidad española. Nos sabe dependientes del gas de Argelia y políticamente posicionados en una equidistancia difícilmente sostenible y juegan con la relación de socios que mantienen España en materias migratoria, económica y antiterrorista. Porque esto también lo utilizan, dejar de colaborar en la lucha contra el terrorismo. Incluso es más que probable que entre los diez mil que nos encalomaron haya unos cuantos yihadistas.
Pero el rey de Marruecos parece empeñado en que España tome partido y se moje de su lado y si no apretará las tuercas donde sabe que nos duele. Y Marruecos no es país con complejos, como ya hemos comprobado. La vida de los miles de subsaharianos que llegan para cruzar a Europa y de los miles de sus ciudadanos dispuestos a dejarse utilizar por el hambre que pasan, les importa una mierda.
Si Marruecos termina por consumar lo que sus medios oficiales admiten como posible y nos colocan en Ceuta, Melilla y Canarias a sesenta, setenta u ochenta mil personas, el problema de España sería terrible. Y Marruecos no lo olviden, es una potencia militar de primer nivel. Aumenta sin parar su gasto militar y mantiene una relación privilegiada con los EEUU. España ahora tiene que resolver el problema de identificar a los mil menores que no fueron devueltos en caliente y después ocuparse de ellos de verdad. Y Sánchez dedicado a planificar la España de 2050 con sus jefes de propaganda.
Y además…
Del mismo modo que Sánchez trató de colar a Redondo e Iglesias en la comisión delegada del CNI, operación frustrada por el Constitucional, Iglesias antes de marcharse trató de utilizar la Ley de Protección de la Infancia para que los presos etarras les fuera más sencillo acceder al tercer grado penitenciario. Al final lo evitó el PSOE en el Senado con una enmienda pero ha quedado descubierto el último regalo que Iglesias deseaba hacer a los presos de ETA. Pedro Sánchez en la presentación de su Plan 2050, dos días después de la invasión de Ceuta, mostró un mapa de la conectividad de España con su entorno. Aparecían la península ibérica, Baleares y Canarias. Pero no aparecían Ceuta y Melilla. Así nos va.
En Cataluña se ha formado un Gobierno pero el horizonte no permite el optimismo. Esquerra y Junts van a gobernar dicen, aunque la historia reciente acredita discrepancias entre ambos de mucho calado y reiteradas. ¿Cómo van a sostener un gobierno estable con el apoyo de los radicales de la CUP tan solo? Lo primero que anunciaron fue el reparto de poder, de poltronas bien pagadas y regadas de asesores. Y tan solo unas horas después de anunciar ese reparto, hicieron público su programa de Gobierno. Es evidente que han formado gobierno para no tener que convocar otras elecciones pero el horizonte para los ciudadanos catalanes no permite ningún optimismo. La realidad es que la sede del poder real de Cataluña se encuentra en la prisión de Lledoners donde entran y salen los políticos presos como quieren y donde reciben como en palacio, a su capricho.
Para terminar…
La serie de Movistar “Reyes de la noche” que recrea la batalla radiofónica que libraron José María García y José Ramón de la Morena por el liderazgo de la información deportiva, me parece infame. Aunque lo nieguen, han tratado de representar a ambos periodistas con muchos detalles. En el caso de García hasta con la voz y los ademanes por parte del actor Javier Gutiérrez. Pero hacen un retrato patético de ambos, muy en especial de García, al que presentan como un mafioso. Y faltan a la verdad porque García no dejó la SER para irse a la COPE cobrando el doble, ni De la Morena se quedó porque no aguantaba a García. Dejan a García como un tipo odioso, malvado, amoral, dispuesto a cualquier cosa por mantener su liderazgo.
Conozco bien a García y no es así. Es un periodista como ha habido pocos y contar su historia sin contar su paso por Antena 3 Radio, es no saber nada de lo que sucedió. Ya sabemos que hay una distancia entre la ficción y la realidad. Pero en esta serie se engaña al espectador tratando de aparentar veracidad. Alguien ha perpetrado un ajuste de cuentas repugnante con García. Así lo pienso y así lo digo. Porque le conozco bien y he estado muy próximo a él muchos años. Y es mi amigo sí. En contraposición De la Morena queda como un periodista riguroso que antepone el rigor profesional a la ambición.
Y no digo que no lo sea porque es buen periodista y buena gente pero en esta serie se le utiliza miserablemente para dejar mal a García. Vomitivo. Porque no han tenido cojones para contar como García triunfó con Antena 3 hasta que Polanco (Grupo Prisa, El País, la SER) y el Gobierno acabaron con la cadena ilegalmente. Quien mande en Movistar debiera enterarse de por qué se ha hecho esta bazofia de serie pagada por ellos. Quizá es que alguno de sus consejeros o empleados tenía cuentas pendientes.