FEMINISTAS ANTIFASCISTAS, ANTIRRACISTAS Y GUERRACIVILISTAS EN EL 8-M

Dos manifestaciones el 8-M en Madrid, pasadas por agua. La matutina es esencialmente antirracista, antifascista, pro Palestina, a favor del aborto y de la ley trans, muy intolerante y guerracivilista. La vespertina abolicionista de la prostitución y crítica con la ley trans. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, acudió a las dos, a ella igual le da y se trata simplemente de postureo. Muchas feministas antifascistas y muy poco respeto al discrepante.

No seguí la de la tarde, pero la de la mañana sí, íntegramente. La lluvia de eslóganes fue impresionante. “Que pena me da que la madre de Abascal no le pudiera abortar”, “ninguna es libre hasta que todas lo seamos”, “estamos hasta lo ovarios de tantos cojones”, “solas y borrachas queremos llegar a casa”, “Manolo, Manolito, la cena tu solito”, y de pronto el súmmum de estas antifascistas: “Vamos a quemar la conferencia episcopal”.

Este 8-M ni un eslógan sobre Ábalos, Errejón o Monedero entre tantas feministas antifascistas

Por lo que dicen estas antifascistas son más partidarias de quemar así en vivo que de la cámara de gas. Un avance muy progresista. Me sorprendió que no hubiera ni un eslogan referente a Iñigo Errejón, Juan Carlos Monedero o José Luis Ábalos. A esta peña de la mani crei que les ciega su antifascismo hasta el punto de olvidarse de verdad de las mujeres.

En su éxtasis antifascista, la liaron contra varios periodistas. A Cake Minuesa le sacaron a paraguazos. A una reportera de OK Diario la gritaban que se fuera y un hombre, muy feminista y antifascista, cuando ella le dijo que no se iba y “además, soy una mujer, es 8-M”, le respondió: “Las fascistas no tenéis género”. Este es el nivel de estos antifascistas.

Mucho feminismo antifascista pero nulo respeto al que piensa diferente

Mucho progresismo, mucho antifascismo, pero nulo respeto al que piensa diferente y mucho gen violento es lo que se respiraba por la mañana, entre batucada y batucada. Y la mani terminó, lo que es la vida, en la puerta del edificio en el que Ábalos alojó a su novia de catálogo.

Por un momento pensé en que, visto lo visto, igual se presentaba a cerrar la mañana Ábalos escoltado por Koldo, Errejón y Monedero. No hubieran desentonado en esa muchedumbre de feministas antifascistas y antirracistas a quienes las mujeres les importan poco. También eché de menos a Rita Maestre con las tetas al aire gritando “arderéis como en el 36”.

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1 Comments

  1. says: Perico

    Totalmente de acuerdo. También para el feminismo antifascista una violación será violación en función de la mujer que la sufra: si la sufre una monja o una joven al salir de una misa no será violación, sino el legítimo uso por parte de un hombre de su derecho a la libertad sexual.

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