Leemos poco en comparación con los países del norte de Europa. De hecho, según algunos medios, España es el tercer país de la UE que menos gasta en lectura, y se sitúa sólo por encima de Bulgaria o Grecia. Leemos cada vez menos y esa (buena) costumbre que se suele heredar de padres a hijos, está dejando de traspasarse de generación en generación porque los niños también leen cada vez menos. ¿Esto es así? ¿O nos conformamos con que esto sea así?
El pasado 13 de noviembre se celebró el Día Internacional de las Librerías. Y aunque tradicionalmente se ha empleado el 23 de abril (Día del Libro) para fomentar la lectura entre mayores y pequeños, este año el coronavirus ha hecho que muchas librerías alzasen la voz para animar a que la gente se arroje a las letras.
Porque dicen que leemos cada vez menos pero las cifras no muestran que el hábito lector haya ido decayendo en los últimos años. Y es que según el Informe “Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España” (2018), de la Federación de Gremios de Editores en España realizado en colaboración con la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, en general “la lectura de libros y de contenidos digitales (textos largos en webs, blogs o redes sociales) sigue incrementándose. Por el contrario, continúa el descenso de los lectores de revistas”.
Leemos libros, revistas y contenidos en Internet como webs y blogs
En cuanto a los libros podríamos quedarnos con la proporción negativa. Es decir, la que afirma que cada vez leemos menos y que solo 4 de cada 10 personas leen libros con relativa frecuencia. Pero como en todo, depende del cristal con el que se mire la realidad. Y lo cierto es que según el informe de la Federación de Gremios de Editores en España, “el 67,2% de la población lee libros, un 59,7% lee libros por ocio, en su tiempo libre (con tendencia ascendente) y el 28,9% lee por motivos de trabajo o estudios”. Además la tendencia es, según este informe, al alza pues “este ratio ha aumentado 7,2 puntos en los últimos 10 años” y de hecho, más del 49% de los lectores son lectores frecuentes.
Por sexos se destierra la creencia de que las mujeres lean más que los hombres, pues según el mencionado Informe, “las mujeres leen más libros, revistas y en redes sociales. Mientras que los hombres leen más prensa, cómics y en webs, blogs y foros”.
En el transporte público, en parques y plazas (porque dentro de cada hogar es complicado saber lo que hace la mayoría de la gente), hay lectores habituales o no, pero leen, leemos y disfrutan de la lectura como pasatiempo. “La mayoría de los lectores son lectores frecuentes (leen todas las semanas). En el caso de los lectores de libros, el 55,5% (el 83% del total de lectores) son lectores frecuentes”.
Y para quienes se declaran “no lectores” o no consideran que la lectura les supone una de las mejores maneras de ocupar los ratos libres que se tienen al día, es posible que aleguen falta de tiempo para hacerlo. Pues éste parece ser el principal motivo por el que los no lectores declaran no leer, sobre todo en edades comprendidas entre los 34 y los 44 años.
Leemos en papel, pero sobre todo en formato digital… pero leemos
En lo que los datos sí arrojan resultados atronadores es en el tipo de formato. El 78,3% de los españoles a partir de los 14 años lee algún tipo de contenido en soporte digital, ratio que sigue en ascenso.
¿Y qué supone leer? Alimentar al cerebro. Ni más ni menos. Significa realizar un ejercicio de abstracción que enriquece a quien lo practica. Además, contribuye a “tener una actitud más abierta y tolerante” como afirman desde el Gremio de Editores y Libreros. Leer activa nuestro cerebro, nos hace atender a algo más que a nuestras actividades cotidianas. Nos ayuda a comprender el mundo que nos rodea y, en definitiva, nos puede ayudar también a hacernos más felices. Y ya que la felicidad, a día de hoy, se compra a precio de oro, leamos. Porque pueden bastar unas líneas, en el formato que sea, para ayudar a encontrar esa felicidad que, sin hacerlo, anhelamos.