El 3 de mayo de 2007 Madeleine McCann desapareció en el Algarve portugués. La niña tenía apenas 3 años y veraneaba con sus padres y hermanos en los apartamentos de un tranquilo complejo turístico. ¿Qué puede esperarse de una niña de tres años que viaja a la playa con su familia? Exactamente nada, porque los niños suelen ser los protagonistas de las vacaciones estivales únicamente por su disfrute. Pero en este caso, Madeleine fue la protagonista de una turbia historia que dio la vuelta al mundo y que a día de hoy, 14 años después, sigue dando de qué hablar.
La noche del 3 de mayo alguien secuestró a Madeleine. En las primeras investigaciones, en las que se vio implicada la policía portuguesa, incluso los padres fueron acusados de haber dañado a la pequeña. Un error en el análisis de ADN les ponía en el punto de mira y se les acusaba de haber provocado la muerte a la pequeña. Ni siquiera la policía aseguraba saber al 100% si la sangre que se encontró en el coche familiar correspondía a la pequeña.
Por aquella época la desaparición de la pequeña Maddie desconcertó hasta al más sabido. Eran muchas las dudas que generaba un caso como este y la inesperada desaparición de la niña en una de las zonas más turísticas del país luso. Como de un «Cluedo» se tratase, fueron señalándose a unos y a otros alrededor de Europa, creyendo con esas acusaciones haber encontrado en alguna de ellas, a la persona que (sola o acompañada) podría haber secuestrado a la niña. Se habló incluso de la existencia de una red internacional. Y de haber visto a la pequeña paseando por calles y plazas de uno y otro lugar del mundo.
En 2012 la Interpol actualizó la alerta a escala mundial para tratar de encontrar a quienes robaron de los brazos de sus padres a la pequeña Madeleine. El circo mediático ya se había inaugurado hacía 5 años, en los días posteriores a la desaparición de la pequeña. Y pronto comenzaron a publicarse recreaciones de la niña, con sus facciones cambiadas por el paso del tiempo, por si algún ciudadano del mundo se topaba con Madeleine paseando distraídamente por las calles de su ciudad.
La desaparición de la pequeña Madeleine ha dado la vuelta al mundo
Hoy y según recoge el diario Marca en su edición digital, los investigadores parecen estar seguros al 100% de que la persona que secuestró y asesinó a Madeleine McCann es Christian Bruecker. Un conocido pedófilo y violador alemán que actualmente cumple condena por haber violado a una mujer en Praia da Luz. Justo el mismo lugar en el que desapareció la niña.
El diario The Mirror incluso ha publicado instantáneas del delincuente para viralizar su imagen. Y quizás, dar por cerrado este caso, que lleva 14 años dando de qué hablar a la opinión pública de todo el mundo. Puso patas arriba la organización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad portugueses. Cuestionó la veracidad del discurso de unos padres que se mostraban destrozados, dando a conocer su desgarradora pena tras la desaparición de su hija. Incluso los tildó de culpables por medicar a sus hijos para que durmieran por la noche.
En definitiva, un caso que allá por 2007 nos mostraba lo frágiles que son los niños. Y que las víctimas podemos ser cualquiera de nosotros cuando se pone por delante un delincuente de la talla de Christian Bruecker. O cualquier otro que trate de hacer daño a la infancia. Un caso que nos hace vulnerables. También por la cantidad de información que conocemos de él y lo expuestos que siempre nos encontramos frente a los medios y lo que éstos difunden. Sin filtros pero también sin contrastar aquello que publican. Y sin miramientos que es quizá, lo más preocupante de todo.