El Parlamento Europeo votó el pasado día 19 una resolución condenando la violación de los Derechos Humanos en Marruecos y la persecución de periodistas. Además sancionó a ese país, como hizo con Qatar en diciembre, por fomentar una trama de corrupción. Impidiendo el acceso de lobistas o representantes de Marruecos a las sedes de la Unión Europea. La resolución salió adelante por 356 votos a favor, 32 en contra y 42 abstenciones. 17 de los 32 votos en contra fueron los de los eurodiputados del PSOE españoles. Solo la socialista Iratxe García votó a favor. El Partido Popular Europeo, en el que están integrados los eurodiputados del PP no participó en la votación. No porque estuviera en contra de su contenido, sino porque desde el Qatargate de diciembre se opone a todas las resoluciones de urgencia.
El texto aprobado pide la liberación de los periodistas marroquíes Omar Radi, Taoufik Bouachrine y Souleiman Raissouni. Exige que “cese el acoso, intimidación y vigilancia de periodistas y activistas dentro y fuera de Marruecos”. Y cita expresamente a dos periodistas marroquiés exiliados, Hajjar Rissouni e Hicham Mansouri. También a los activistas Fouad Aabdelmoumni y Maati Monjib y al periodista español Ignacio Cembrero. La Eurocámara pide a Marruecos que “respete la libertad de expresión y la libertad de los medios de comunicación. Y que garantice a los periodistas encarcelados la celebración de un juicio justo”.
En Marruecos, los periodistas críticos con el Gobierno es frecuente que terminen encarcelados bajo la acusación de delitos sexuales. Lo cual es gravísimo porque siempre se trata de acusaciones falsas. Junto a los eurodiputados del PSOE votaron en contra de la condena a Marruecos los de Reagrupamiento Nacional franceses. El partido de extrema derecha que dirigió Le Pen. Ninguno de los eurodiputados socialistas explicó públicamente el motivo de votar en contra. Eso sí, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa, aportó la peregrina explicación de que “es una resolución que no hemos compartido en alguno de sus elementos”. La realidad es que votaron en contra. Si fuera verdad lo que dijo Sánchez, que no compartían algunos detalles, tuvieron la oportunidad de presentar alguna enmienda y no lo hicieron.
El PSOE se pone de lado de una dictadura como Marruecos
El asunto es grave porque, entre los periodistas acosados y perseguidos por Marruecos se encuentra, como ya he dicho, un periodista español. Y resulta escandaloso que el PSOE, que constantemente acusa en España a cualquier discrepante de ser de “extrema derecha” y afea a cualquiera que tenga relaciones con Vox estar junto a la “extrema derecha”, en un asunto de este calado político y en el ámbito de la Unión Europea se ponga del lado de la extrema derecha francesa y de una dictadura como Marruecos.
Las autoridades marroquíes trataron por todos los medios de evitar que la resolución fuera votada y al no lograrlo, presionaron a España. Ignacio Cembrero ha contado como el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, llamó a su homólogo español, José Manuel Albares para que los socialistas votaran en contra.
Esta indigna posición de los socialistas españoles en Europa es evidente que tiene que ver con lo que pudo robar el servicio de inteligencia marroquí del móvil de Pedro Sánchez. ¿recuerdan verdad?. Los 2,6 gigabytes del primer ataque al móvil del presidente del Gobierno. Y los 130 megabytes en el segundo (15.000 documentos en formato Word, 3.000 documentos en formato PDF y 1.000 imágenes en formato JPEG). Lo robaron con el sistema Pegasus.
El ministro de Exteriores marroquí advirtió además a su homólogo español de que si los socialistas no votaban en contra, la Cumbre bilateral que se va a celebrar los próximos días 1 y 2 de febrero no se suspendería, pero sería rebajada ostensiblemente. Y Rabat enviaría a una delegación de segundo nivel. «Y eso no le gustaría a su presidente”. Le dijo Bourita a Albares según fuentes de Exteriores.
Lo cierto es que tras el robo de información del móvil de Pedro Sánchez, el Gobierno que él preside ha cambiado radicalmente la posición de España respecto al Sahara al gusto de Marruecos. Ha apoyado el plan marroquí de autonomía y ha dejado tirados a los saharauis después de haber recibido en secreto al líder polisario Brahim Ghali. Esto ha provocado que Argelia cortara relaciones diplomáticas y comerciales con España en plena guerra de Ucrania y con la dependencia que tenía nuestro país del gas argelino. Según la Secretaría de Estado de Comercio el boicot argelino desde entonces le cuesta a España algo más de 4 millones de euros al día.
Intolerable la actitud de los eurodiputados españoles
El ministro Albares no se cansa de repetir que el “acercamiento a Marruecos” ha tenido múltiples beneficios para España. La razón es porque el comercio bilateral ha crecido un 31%. Siendo Marruecos el principal socio comercial de España fuera de la UE tras Reino Unido y los Estados Unidos. Lo que no dice Albares es que desde la llegada de Sánchez al Gobierno España ha entregado a Marruecos 122 millones de euros en subvenciones directas a fondo perdido. El motivo es para que Rabat controle sus fronteras, siga abriendo y cerrando a discreción según le conviene para presionar a España.
Los principios no deben ser nunca negociables. El compromiso con la defensa de la libertad de información y la libertad de prensa no debieran ser jamás moneda de cambio en relaciones internacionales. Menos aún al servicio de un autócrata como el monarca alauita que no respeta los más elementales Derechos Humanos. Una prensa libre es el único instrumento de verdad eficaz para limitar los abusos del poder político y propiciar el debate de las ideas fundamentado en el conocimiento de los hechos. El artículo 20 de nuestra Constitución lo recoge y obliga a todos, en primer lugar al Gobierno. Y resulta intolerable e injustificable que eurodiuputados españoles voten en Europa a favor de un régimen dictatorial que persigue a periodistas críticos encarcelándoles acusados de falsos delitos sexuales.
Lo que sabemos es que la política exterior española, desde la sustracción de los datos del teléfono del presidente Sánchez está evidentemente supeditada a los intereses de Marruecos y de su Rey. Para saber qué es lo que le pillaron en el teléfono habrá que esperar, porque el caso, que se investiga en la Audiencia Nacional, no avanza debido a que el Gobierno pone todas las trabas posibles a la desclasificación de documentos solicitada. Se alegan motivos de “seguridad nacional”.
Como siempre que un Gobierno apela a los secretos de Estado, a lo que se refiera es a actuaciones inconfesables de su Gobierno. Pero en este asunto Sánchez está superando los límites de lo imaginable. Y a ver ahora cuando es la siguiente vez que alguien del PSOE hace referencia a “la extrema derecha” porque en Europa para extrema derecha de verdad, los de Reagrupamiento Nacional con los que van de la mano los socialistas para defender a Marruecos.
Y Además…
- La causa del feminismo institucional está haciendo mucho daño a España. Además de perjudicar notablemente a las mujeres al propiciar la reducción de penas a condenados por abusos sexuales, esta semana pasada hemos visto que cercena también un principio constitucional esencial que es el de la igualdad de todos ante la Ley. El diario El Mundo desveló que un juez de un pueblo de la Comunidad de Madrid acordó colocar una pulsera electrónica de vigilancia telemática a una mujer que ha quebrantado en varias ocasiones una orden de alejamiento de su ex pareja. Y minutos después tuvo que rectificar su decisión porque esas pulseras solo están previstas para hombres, según la Ley de Violencia de Género. La mujer había quebrantado varias veces la orden de alejamiento, se había presentado en el domicilio y el trabajo de su ex pareja, le había rayado el coche y le había provocado, incluso, un incendio en su garaje. Finalmente, el juez sustituyó esa medida cautelar de colocación de la pulsera por una prohibición de entrar en la localidad.
- Tras reunirse en Davos con todos los “señores que fuman puros” y que controlan las principales empresas del mundo, Pedro Sánchez regresó a Madrid y trató de vendernos una imagen de proximidad con un video en el que jugaba a la petanca, según la Presidencia del Gobierno, “con un grupo de jubilados de Coslada”. Pero no era proximidad, era una falsaria campaña de publicidad, porque los supuestos jubilados eran un grupo de militantes socialistas. Icluido el alcalde la localidad, a los que se les había ordenado presentarse allí para hacer el video. Una artimaña para parecer lo que no es que le salió mal.
- El domingo se celebró una manifestación masiva en Madrid contra el Gobierno y las políticas de Pedro Sánchez y en defensa de la Constitución. Mercedes González, la delegada del Gobierno en Madrid, dijo que asistieron 31.000 personas pero no hay que ser experto en contabilización de manifestantes para ver los videos y las imágenes y constatar que al menos asistieron cien mil personas. Sánchez dijo que la manifestación fue “uniforme y excluyente”. ¿En qué mundo vive el presidente? Es de suponer que a Sánchez y su PSOE les preocupa el resultado que pueda haber en las autonómicas y municipales de mayo. No obstante, creo que los partidos de la oposición no debieran pensar que tienen ganadas esas elecciones porque las urnas suelen dar sorpresas. Lo que no tiene duda es el que nivel de indignación con el Gobierno crece cada día. Y la manifestación del domingo fue una buena muestra de ello.