Desconozco por completo si Pedro Sánchez va a poder agotar la legislatura. Me consta fidedignamente que ese es su deseo y que, como siempre, está dispuesto a todo para conseguirlo. Por más que la corrupción y las causas judiciales le rodeen en su círculo más cercano. Pese a que no pueda sacar adelante una vez más los Presupuestos Generales del Estado. Aunque no vaya a poder ganar casi ninguna votación en el Congreso.
Su entorno político le insiste en que no puede dejarlo. Es evidente que perder el Gobierno supondría para unos cuantos tener que regresar a una vida sin privilegios y para muchos tener que ganarse por primera vez la vida con un trabajo, enganchados como yonquis a vivir a costa del dinero público y a la sombra del poder. Además, Pedro Sánchez tiene en la cabeza superar los 13 años y medio que estuvo Felipe González de presidente del Gobierno. O sea, que esta necesidad les convierte en muy peligrosos para los intereses generales. Todos aquellos que dan por inminente el final del sanchismo que, como Dante a las puertas del infierno, pierdan toda esperanza.
Envía a Illa a entrevistarse con el prófugo Puigdemont y le garantiza que antes del verano le recibe en La Moncloa
El arranque del curso político nos ha dado muchas pistas. En la entrevista masaje de la televisión pública dijo muy claro que se puede gobernar sin Presupuestos. Con la misma convicción con que gobernando el PP dijo que gobernar sin Presupuestos es como tener un coche sin gasolina. El viernes se abre el año judicial y ahí veremos al Fiscal General del Estado dando lecciones y datos sobre delincuencia cuando está a nada de sentarse en el banquillo de los acusados.
El lunes en TVE se le vio, como en sus últimas comparecencias, muy desmejorado, tenso, flaco, demacrado, descolorido, con esa mandíbula disparada que se le puso desde que tuvo que salir corriendo de Paiporta como un galgo.
Para tener contentos a Junts, Sánchez envía a Salvador Illa a Bruselas a entrevistarse con el prófugo Puigdemont y le garantiza que antes del verano de 2026 será recibido por Sánchez en La Moncloa, amnistía por medio.
Seguirán atacando a los jueces y a la prensa crítica, como hacen los populistas y los autócratas
De lo que no cabe duda es de que lo que quede de legislatura va a ser cruento políticamente. Sánchez y sus compinches van a seguir con la cantinela de la víctima de la ultraderecha. Vendrán más manifiestos de obedientes y aprovechados intelectuales. Y él dedicará mucho tiempo a viajar por Europa e Hispanoamérica para tratar de que por esos lares le presten más atención de la que le dan los españoles. Aunque es plenamente consciente de que si tuvo algún prestigio en el extranjero hace meses que lo ha perdido.
Sánchez y sus cuates seguirán empleándose a fondo en atacar a los jueces y a la prensa crítica, como hacen los populistas y los autócratas. Insisten en que no van a convocar elecciones porque las perderían, y no están dispuestos a que gobierne la derecha. O sea, que ellos, tan demócratas y progresistas, consideran que solo ellos pueden gobernar. No admiten la alternancia democrática.
Lo dicho. No sé lo que durará la legislatura, pero prepárense porque va a ser complicada para quienes no estamos dispuestos a bailarle el agua al Gobierno. Va a ser dura y complicada. Y me temo que se nos va a hacer muy largo.