Lo del jueves de la semana pasada en el mitin de Vox en Vallecas es muy grave y no quiero dejarlo pasar. Una residente en el barrio de toda la vida me dice: “fue una provocación que Vox fuera a Vallecas a hacer un mitin”. Otro me añade: “Abascal provocó”. Un reportero amigo presente en el lugar de los hechos, veterano en mil incidentes, me dice: “es intolerable lo que le hicieron a Vox. Estuve en primera línea y hacía mucho tiempo que no veía miradas de odio como las que vi en quienes lanzaron objetos y se enfrentaron a la poli”.
Lo que tiene la libertad es que solo tiene sentido de verdad cuando ampara a los que son diferentes a uno mismo. Ver a gente que se llama progresistas y de izquierda fregar el suelo con lejía me impresionó y me recordó a cuando los nazis le daban al desinfectante en parecidas circunstancias.
Lo ocurrido y sé lo que sucedió porque mi amigo reportero me lo ha explicado y he visto las imágenes que grabó, es una muestra más de un fenómeno muy preocupante de apropiación de la calle por parte de la izquierda más extrema, o sea, lo mismo que en el País Vasco y Cataluña solo que allí son los nacionalistas son los que mandan.
Vox sufrió agresiones y acoso
Es mentira que Vox sea un partido fascista. Quienes eso sostienen me temo que no saben lo que es el fascismo. Lo más parecido al fascismo que hubo en Vallecas la semana pasada fueron esos manifestantes que increparon, agredieron y acosaron a Abascal y los suyos. Es mentira también que haya un conflicto entre fascistas y antifascistas. Ni hay un conflicto entre el barrio de Salamanca y Vallecas.
Y de haberlo, los dirigentes de esa izquierda violenta están mucho más cerca del barrio de Salamanca que de Vallecas porque en ese barrio apestoso de fascistas repugnantes viven muchos de ellos, por ejemplo Jorge Verstrynge, su hija Lili o Pablo Echenique; además claro de Odón Elorza, José Bono y Felipe González. Pablo Iglesias tiene raíces en Vallecas sí, y sobre todo bienes raíces. Porque ahora vive entre el barrio de Salamanca y Galapagar, entre Irene y Lilit. Y, por cierto en ese barrio de Vallecas, Vox duplicó en voto en 2019 a Mas Madrid y Podemos.
Lo de Vallecas es un intento más de levantar barreras al mero hecho de coexistir pacíficamente. En democracia no caben reservas sociales o ideológicas que dispongan de un título de propiedad o dominio. Como no caben los guetos. Lo de Vallecas contra Vox son la evidente expresión de que esta autodenominada izquierda progresista rechaza que aquí quepamos todos, ellos también, y podamos vivir en paz sin miedo a que nos apedreen por expresar lo que pensamos, sin miedo a que expresar nuestras ideas merezca un botellazo en la cabeza. No entienden que pese a sus imperfecciones, esta democracia es mejor que las dictaduras que les amparan a ellos. Este sistema permite solucionar pacíficamente los conflictos.
Libertad para expresar lo que pensamos…
Plantear que Vox no debe acudir en campaña electoral a Vallecas es dar por bueno un principio profundamente antidemocrático y totalitario. Decir que es una provocación que lo haga, es aceptar que hemos fracasado en el intento y que no somos capaces de vivir en paz. Vox, Podemos y los demás que hagan mítines donde les venga en gana, y quien quiera escucharles que acuda y quien no, que haga lo que le venga en gana, excepto ir al lugar de los hechos a liarla parda.
No me gusta ni comparto el discurso de Vox. Como no comparto ni me gusta el discurso de Podemos. Pero quiero vivir en un país en el que ambos puedan defender lo suyo sin que nadie trate de reventarles una botella en la cabeza. Vallecas como cualquier otro barrio o calle de Madrid es una tierra libre, a la que debe poder acudir quien quiera en libertad.
Lo sucedido en Vallecas la semana pasada fue muy grave y nos afecta a todos, incluso a los que no frecuentamos mitin alguno de partido alguno. Esos violentos de izquierda nos agredieron a todos: a los de Vox, a los del PP, a los del PSOE, a los de Ciudadanos, a los de Mas Madrid, y a los que no creemos en ninguno de ellos y aspiramos a vivir en libertad. A todos nos alcanzaron esas piedras y botellas. Ese personal no es progresista. Ese personal quiere volver a las trincheras, al conflicto civil, a la barbarie. ¡¡¡Que nos dejen en paz!!!
Y además…
El jueves pasado me puse la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca en Madrid. Ningún efecto secundario. Contento de habérmela puesto y sorprendido de que muchos la hayan rechazado. ¿Se han informado bien antes? Yo sí. Ser la vacuna más barata le está pasando factura. Para avispado: me la puse porque me llamaron. No me he saltado ninguna lista. Ahora deseando que me llamen para la segunda dosis.
Y para terminar…
- La batalla política de Madrid va más allá de lo que son unas elecciones autonómicas. Sánchez se ha erigido en adversario de Díaz Ayuso, evidenciando que la percibe como adversaria aunque él no se presente a estas elecciones.
- ¿Dónde está esa izquierda feminista hoy liderada por Irene Montero, Ana Pardo de Vera y Jorge Javier Vázquez ante el testimonio de Fernanda Freire que ha relatado el acoso que sufrió por parte de Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias y otro colega, prevaliéndose de su condición de profesores de la víctima?
- Mi solidaridad con Giorgos Karaivaz, periodista de investigación griego que ha sido asesinado a tiros en Atenas.
- Interior y la DGT van a suprimir la norma que permite superar los 20 kilómetros el límite de velocidad en carreteras secundarias para adelantar, sin informe científico alguno que apoye la medida, solo con su afán recaudador. Por ello, adelantar va a ser ahora mucho más peligroso. Un estudio de la Universidad de Zaragoza acredita que sin superar los 90 km/h se triplica el tiempo que habrá que permanecer en el carril contrario y la distancia aumenta en 112 metros. Marlaska no da una.
- A Arnaldo Otegui le ha faltado tiempo para salir a ensalzar la figura de Julen Madariaga, fundador de ETA que falleció la semana pasada. Bastaba con lamentar su muerte. Madariaga, a quien conocí bien, no era un hombre de paz. Siempre le encontré como un cobarde dedicado a animar a jóvenes a convertirse en asesinos facilitándoles una coartada política. Que Dios le tenga en su gloria. Por cierto Otegui, hasta Madariaga abandonó ETA y rompió con Herri Batasuna.
La libertad se nos escapa entre los dedo, ser reaccionario, conservador no es ser fascista. VI en directo el acto de Vallecas, nada más que añadir.
Magnífica publicación.