Cerca del 26% de los jóvenes en España terminan la educación secundaria obligatoria y deciden no seguir estudiando. Así lo refleja el informe «Panorama de la Educación 2024» que ha sido presentado recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Y recoge que este porcentaje, que ha bajado nueve puntos desde 2016, supone más del doble de la media registrada en la UE. Además, en comparación con otros países del entorno como Portugal o Italia, nuestro país se encuentra en una “situación relativamente favorable”. eso sí, se sitúa lejos aún de los estándares que se esperan para la excelencia educativa.
Alto número de jóvenes españoles no estudian después de la E.S.O
España, además, registra tasas de abandono escolar similares a las de otros países latinos como Colombia, Brasil o Perú. De hecho, el 35,5% de los españoles de entre 25 y 64 años tienen un nivel de estudios básicos. Es decir, en teoría superó la educación primaria y la secundaria. Nada que ver con las cifras que recogen los países más situados en el top de la clasificación, como son EE.UU. (8%), Finlandia (11%) o Francia (16%).
Pero no todo son malas notas. El mismo informe refleja que las tasas de escolarización de adolescentes, en edades entre los 15 y los 19 años, son más altas que la media presentada en otros países de la OCDE. También nuestro país lo hace bien en cuanto a la escolarización temprana. Es decir, la comprendida entre los 0 y los 3 años, o en estudios superiores (comprendiendo aquí la Formación Profesional y los estudios universitarios).
No obstante, desde el Ministerio de Educación ven con “preocupación” los datos reflejados en dicho informe. El 25% de los jóvenes en España sólo ha alcanzado la enseñanza básica. Es relevante también el número de los que, entre los 18 y los 24 años, son llamados “ni-ni” (“ni estudian, ni trabajan”). Una cifra que es superior a la que se registra en la UE (13%) o en los países de la OCDE (14%), pese a que gran parte de estos jóvenes se declaran en búsqueda activa de un puesto de trabajo. La OCDE ha contrarrestado este nivel de preocupación ministerial recomendando la aplicación de políticas preventivas que ayuden a luchar contra el abandono escolar y fomenten ese primer empleo que muchos jóvenes no son capaces de encontrar.
Líderes en abandono escolar
Otros estudios, a lo largo de este 2024, nos han recordado que España es líder en abandono escolar. Siempre comparado con otros países de la UE. Y que existe en nuestro país una brecha importante en torno a la educación de hombres y mujeres. Otros medios destacan la tendencia a la baja de estos malos datos. Sin embargo, no se trata de ver el vaso medio vacío sino de tratar de mejorar lo que se hace mal o por lo menos no se hace del todo bien. Y se hace mal y se perpetua ese mal cuando cuestiones básicas para el ser humano como son la Sanidad y la Educación, dejan de formar parte de las prioridades de cualquier Gobierno. Presente y futuro.
El abandono escolar, aunque baje algunas décimas o suba otras tantas, es la muestra más evidente de que una parte de la Sociedad no está recibiendo lo que debe. Ya sea a nivel de contenidos, a nivel de calidad en la enseñanza o a nivel de recursos, en general. Nuestros jóvenes no están motivados para continuar sus estudios una vez finalizan la enseñanza obligatoria. Tal vez perfilan un futuro soñado que es difícil que encuentren en un mercado laboral que también hace aguas y que se vale de campañas estacionales para alardear de crecimiento en la contratación.
Otros muchos ni lo intentan porque consideran tener suficiente con un bono cultural con el que ocupar gran parte de sus aburridas tardes o sus fines de semana sin ocupación aparente. Algunos, pocos, buscan una oportunidad que nadie ha sabido recomendarles si es acertada. La brecha va más allá del sexo. Y no importa si se trata de hombres o mujeres. Los datos de la OCDE muestran, una vez más, que aunque suban o bajen décimas, tenemos un gran problema que hasta el momento, nadie se ha parado a pensar que es necesario solucionar de una manera más profunda, más allá de continuas reformas educativas que no están yendo a ninguna parte.
