Ya lo dice el Sr. Google: Trump ha ganado las elecciones norteamericanas. Y lo ha hecho con una diferencia notable respecto a los resultados obtenidos por su rival Kamala Harris. Ha ganado en 295 estados y ha obtenido más del 51% de los votos, superando con ello la mayoría absoluta y obteniendo un total de 277 compromisarios. Vence en estados decisivos como Carolina del Norte, Pensilvania o Georgia. Así, los republicanos regresan a la Casa Blanca dando por cierto lo que pronosticaban las encuestas los diez días previos a los comicios acerca de que el candidato Trump se catapultaba como el favorito, habiendo mejorado sus resultados tanto en los mercados de predicción como en las encuestas que se venían realizando las cuatro semanas anteriores al 4 de noviembre.
Trump regresa con un eje político y unos objetivos muy claros
En los meses previos y desde que Harris recogió el testigo de Biden para hacerse cargo de las elecciones, la candidata demócrata superaba en todo momento al magnate Trump. Tal y como indican desde algunos medios, los votantes latinos han sido decisivos en su victoria. La Agencia EFE recoge que el voto latino aumentó en 13 puntos hasta alcanzar el 45% de ese electorado, batiendo el récord hasta ahora mantenido por los candidatos republicanos y en especial, el que ostentaba George W. Bush desde 2004. Y los convenció en base a sus promesas para acabar con la inflación, crear empleo y asegurándoles sobre todo que la actual política migratoria les afectaba negativamente.
Donald Trump regresa al Capitolio y lo hace con un eje político y unos objetivos muy claros: abandonar Ucrania, subir aranceles, deportar a más de 11 millones de migrantes, reducir los impuestos a los más ricos y copar la Administración con fieles que lo sigan hasta donde puedan. Además, se propone no tardar demasiado en cerrar la frontera con México y en impulsar la perforación de petróleo con el objetivo de rebajar los precios de los carburantes.
Se va a rodear de un equipo en el que ya empiezan a sonar algunos nombres como el activista anti vacunas Robert Kennedy en cuya descripción profesional, muchos medios inciden en que se muestra abiertamente a favor de la reforma de la policía, la defensa y el endurecimiento de las regulaciones medioambientales, la moderada reducción del gasto en defensa y que la inmigración ilegal es un problema humanitario.
Reacciones a nivel internacional
A nivel internacional, la victoria de Donald Trumpo ya ha tenido efecto en la Bolsa. Wall Street se dispara y el Ibex se hunde. Pero todo apunta a que las consecuencias de su vuelta a la Casa Blanca van a ser muchas más. De momento, Macron ha pedido al magnate norteamericano que tenga “respecto y ambición con Europa” y se ha declarado estar “listo para trabajar, con tus convicciones y con las mías”, dejando claro con ello que quizá, a nivel ideológico, las relaciones con EE.UU. fáciles puede que no sean.
Úrsula von der Leyen, en su cuenta de la red social X, expresó estos días que “Millones de puestos de trabajo y miles de millones en comercio e inversión a ambos lados del Atlántico dependen del dinamismo y la estabilidad de nuestra relación económica” por lo que deja intuir que las relaciones deberán mantenerse por el bien de la unión y de las relaciones de ambas potencias.
Está por verse cómo Trump cumplirá con muchas de sus promesas electorales. Algunas como la de acabar con las guerras en Ucrania y Oriente Próximo. Relacionadas además con la posición que suele ocupar EE.UU. En la OTAN. Y en sus relaciones al respecto con la UE. Otros temas como el aborto, la inmigración, los medios de comunicación o la relación con los jueces, jugarán papeles importantes en su nueva trayectoria al mando de los EE.UU. El tiempo nos dirá.