Yolanda Díaz es vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, por ello la pagamos una buena soldada, pero curra poco porque está todo el día entregada a restar con su partido Sumar y de peluquero en peluquera como dijo el hermano de mienmano con acierto. Y Yolanda ha dado una exclusiva mundial en un acto de su partido: que “esas personas inmensamente ricas, las élites, son conscientes que nos vamos al carajo, y como nos vamos al carajo ellos y ellas lo que están haciendo es diseñar un plan B, y el plan B tiene que ser para ellos y para ellas muy restringido, muy pequeño, pero fundamentalmente basado en huir del mundo para protegerse ellos y ellas solas”.
Me aseguran que no había fumado. Imperdonable que esas élites de ricos no cuenten con elles y que la ministra se olvide de elles también. Vayamos por partes, como buenos descuartizadores. No hay que ser inmensamente rico para saber que nos vamos al carajo. Y con certeza cuando Pedro Sánchez, con Yolanda Díaz de acólita, renueve en el Gobierno de España.
Que los ricos tengan un plan B me parece bien porque supongo que ser rico no es incompatible con ser bobo, como la señora Díaz. Y que el plan B sea restringido es coherente porque los ricos por lo general no viajan en el metro. Y no van a llenar sus naves de pobres para que les amarguen la escapada.
Tengo amigos ricos. Es más, siempre he formado parte de pandillas de ricos en las que yo era el amigo pobre. Y mis ricos han sido y son muy generosos conmigo, y yo eternamente agradecido. Después de escuchar a Yolanda Díaz organicé una cumbre con mis amigos ricos para afearles que ninguno tenga ya una nave preparada. Tienen unas chozas cojonudas, unos bugas que vuelan y visten caro, lo cual no significa que bien. Pero mis ricos, pobres, hasta ahora, no tenían nave.
Como esto se va al carajo… me piro en un cohete fastuoso
Yo tengo diseñado un plan B. A uno de mis amigos ricos, el que más mola, le he presentado un proyecto imbatible y ya está en marcha. Tenemos trabajando ya a nuestras ordenes al profesor Tornasol para que nos fabrique un cohete como el que le hizo a Tin Tin en “Objetivo la luna”, el X-FLR6. Y nos piramos ya. Pocos, claro, porque no nos gusta la chusma. Acceso muy restringido. Y sobre todo invitaremos a las amigas divertidas y guapas, que las tenemos. Y antes de cerrar las compuertas dejaremos entrar a Tin Tin, a Milú y al capitán Haddock. Hernández y Fernández no porque necesitamos espacio y no admitimos pobres. Y ellos están a la cuarta pregunta, como la Castafiore, la gorda que canta.
Haremos una escala en Buenos Aires para subir amigas y amigos piolas. El destino no podemos revelarlo porque se nos jodería el plan, no queremos atascos interplanetarios. Solo garantizo que el destino no es el carajo, el carajo para los pobres que se queden en tierra soportando otro gobierno de Pedro Sánchez. Y si hubiera milagro y gobernara Feijóo nos piramos igual, porque no hay pepé que arregle este carajo. Y antes de despegar pasaremos por peluquería, donde esperamos no coincidir con Yolanda, para volar guapos, y guapas, que viene mucha churri.
Lo siento amigos. Esto se va al carajo. Yo que tengo algunos amigos ricos, me piro en un cohete fastuoso. Nos vamos a partir la caja con Haddock. Y Tin Tin seguirá siendo mi ídolo, el único reportero de fama mundial que no ha escrito una línea en su puta vida. Y en nuestro viaje tampoco la escribirá, porque nuestro viaje va a ser un viaje de ricos comme il faut. O sea, prohibido trabajar, que trabaje el dinero. Pobres del mundo, ahí os quedáis. Adios, adeus, adeu, agur (Ben Hur), adieu, ciao, bye, adieu, noka, الوداع
