Pedro Sánchez compareció en el Senado en una comisión de investigación sobre el “Caso Koldo” y lo hizo chungo de verdades, de moral y de papeles, porque Sánchez siempre va chungo, sencillamente porque es chungo. Chungo Sánchez, en todas las acepciones de la RAE: “de mal aspecto, en mal estado, de mala calidad, difícil, complicado”. Y desde sus inicios anda chungo de verdades, porque miente con una sinceridad conmovedora.
El primer director general de la televisión pública andaluza socialista, Salvador Domínguez, acuñó para la historia una expresión. Comparecía en el Parlamento andaluz para rendir cuentas de su polémica gestión, y, sintiéndose acorralado por las preguntas, afirmó: “Señorías, no me pregunten mucho que hoy vengo chungo de papeles”.
Sánchez es un chungo y miente más que habla, pero se preparó la comisión y sus interrogadores no lo hicieron
Sánchez no fue chungo de papeles al Senado, que también, fue, como siempre, chungo de verdades y de moral. Y chungos estuvieron también los senadores que le preguntaron, en especial Alejo Miranda, del PP. Sánchez es un chungo y miente más que habla, pero se preparó su comparecencia y sus interrogadores no lo hicieron. El súmmum fue el senador valenciano de Compromís que manifestó que era una ignominia que Sánchez hubiera sido citado a la comisión.
Como buen chungo, Sánchez se ciscó en la propia comisión, con el nulo respeto a las instituciones que le caracteriza. “Esto es un circo” llegó a decir. Y se partió de risa al responder “pues dependía del día” cuando una senadora le preguntó quienes iban con él en el famoso Peugeot durante su gira por España en las primarias socialistas.
Sánchez dice que todo en el PSOE es legal y en pocas horas el juez Puente envía 16 indicios de financiación ilegal a la Audiencia Nacional
Al fondo del “caso Koldo”, al que mejor habría que llamar “caso Sánchez” o “Caso PSOE”, está la más que posible financiación ilegal del partido socialista. El chungo reiteró en el Senado que todo lo que ha hecho el PSOE es legal, pero pocas horas después, el juez del Supremo Leopoldo Puente remitió un auto a la Audiencia Nacional con los indicios que ha encontrado sobre una posible financiación ilegal del PSOE. Ahora la investigación la asume el titular del Juzgado Central de Instrucción 2, Ismael Moreno.
El auto señala 16 indicios, dieciséis, que apuntan en esa dirección. Y Leopoldo Puente no va chungo de papeles. Veremos a ver como termina el asunto.
La salvaje agresión de un grupo de abertzales encapuchados al periodista José Ismael Martínez
El chungo, sin papeles y sin verdades, echó mano de sus mantras habituales, que si la extrema derecha, que si los bulos, que si el fango, que si la persecución de los fascistas, que si los jueces de extrema derecha. Lo de siempre, que hace tiempo que no cuela, pero al chungo se la bufa. Y ahí siguen su hermano a punto de sentarse en el banquillo, su señora imputada por cinco delitos y también cerca del banquillo, y sus dos soguillas preferidos y de máxima confianza, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, uno en el talego y el otro cerca de ingresar.
Y entre tanto, no me olvido esta semana de la salvaje agresión sufrida por el compañero de El Español José Ismael Martínez el jueves en Pamplona, a manos de jóvenes abertzales vestidos de negro y por supuesto encapuchados. José Ismael iba a cubrir para su periódico la charla que pretendía dar en la Universidad Vito Quiles.
La mayoría progresista justifica la agresión porque había que impedir un acto fascista de Vito Quiles
ETA desapareció, nos dicen cada día. Pero sus cachorros ahí están, siguen en la calle, a cara cubierta, reventando a patadas a un periodista por pretender contar lo que sucede. Y tras la salvaje agresión, las declaraciones de representantes de la “mayoría progresista” justificando lo sucedido y defendiendo que hay que evitar que la ultraderecha y el fascismo hablen en la Universidad.
Vito Quiles será lo que él quiera ser, pero justificar a los abertzales que agredieron salvajemente a José Ismael con que eran antifascistas que querían evitar un “acto fascista en la Universidad” es miserable. Ione Bellara tuvo los ovarios de declarar que “al fascismo no hay que reírle las gracias, al fascismo hay que pararlo en las calles y en las instituciones”. E Irene Montero añadió respecto a la salvaje agresión: “el principal deber ciudadano de nuestro tiempo es hacer de las universidades y las calles espacios seguros libres de fascismo”.
Estos progresistas quieren imponernos sus ideas a garrotazos. Todo el que no piensa como ellos es un fascista y hay que ir a por él a palos
Y el Grupo Socialista de Navarra: “Condenamos de manera rotunda los altercados en Pamplona. Lo dijimos, no queríamos que Vito Quiles viniera a esta comunidad”.
O sea, que estos progresistas quien imponernos sus ideas a garrotazos, abriéndonos la cabeza. Porque cualquiera que no piense como ellos es un fascista. O sea que las víctimas “iban provocando”, como las mujeres con minifalda a los violadores. Pero insisto, José Ismael Martínez no acudió allí para hablar, no es fascista ni comunista, es un periodista que solo pretendía contar lo que sucedía, y lo que sucedió es que una manada de abertzales encapuchados y vestidos de negro siniestro le revantaron la cara.
Los antifascistas están regando de fascismo nuestras calles, y en el País Vasco y Navarra resurgen organizaciones vinculadas o disidentes de la izquierda abertzale, o sea de ETA, que persiguen a quienes no piensan como ellos porque, dicen antes de reventarles la cara, son fascistas. Lo mismo dijeron de mi compañero y amigo José Luis López de Lacalle antes de que un comando etarra le asesinara. Y cuando aún no le habían enterrado, colegas de estos antifascistas escribieron en la puerta de su casa. “Lacalle, jódete”.
En esta peña se apoya el chungo Sánchez para seguir en el Gobierno. Para ellos espacios seguros son aquellos en los que un grupo de encapuchados le revientan la cara a un periodista. Qué asco tanto chungo.
