ANA ISABEL PÉREZ ASENJO, ESA JUEZ

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Sigo anonadado con la sentencia que condena a Mario Díez, abogado de las víctimas del violador y pornógrafo infantil Kote Cabezudo, a pagar 40.000 euros a la juez Ana Isabel Pérez Asenjo por vulnerar su honor con unas palabras. La Audiencia de San Sebastián valora el doble el inexistente daño moral a la juez que el sufrido por una adolescente salvajemente violada por Kote Cabezudo.

Nadie me tiene que contar quién es y cómo actuó Ana Isabel Pérez Asenjo con las víctimas. Fui testigo presencial de cómo interrogó a una de ellas porque el Estatuto de la Víctima les otorga el derecho de declarar acompañadas por una persona de su confianza. Con mis ojos vi su indumentaria inadecuada, su mirada aviesa y ladina, sus gestos impropios. Y con mis oídos escuché las preguntas y el tono insultante con el que la interrogó. Con una insensibilidad calibre 9 milímetros. Y he visto en video sus interrogatorios al violador y sus desplantes al abogado de las víctimas. Todos ustedes pueden verla y escucharla en el documental “En el nombre de ellas”, en la plataforma Netflix.

Cuando uno ha sido testigo presencial de esa infamia no lo puede olvidar jamás

Cuando uno ha sido testigo presencial de esa infamia no lo puede olvidar jamás. Me pregunto por qué la juez Pérez Asenjo se ha negado siempre a recibirme en todas las ocasiones en que he tratado de hablar con ella en su Juzgado, donde sigue trabajando. Me enviaba siempre a sus funcionarias con cajas destempladas invitándome a largarme de los Juzgados. Pero, cobarde, salía de su despacho a hacer que movía legajos y papeles y me lanzaba su mirada aviesa, esa que pueden ver en la foto que acompaña estas líneas. Pobre, igual pensaba que me daba miedo.

Quédense con su nombre y con su rostro. Ana Isabel Pérez Asenjo, queda para la historia como la juez que por más de diez veces no decretó el ingreso en prisión del violador y pornógrafo infantil Kote Cabezudo. La juez que maltrató a las víctimas. Queda para la historia de la infamia de la Justicia y de la Audiencia de San Sebastián. O sea, parte de los lobos de San Sebastián. Queda mucho aún por descubrir y por saber, pero ustedes saben que sacaremos a la luz todo y a todos.

Nosotros siempre al lado de las víctimas, jamás al lado de los victimarios

No ha nacido aún una juez capaz de impedir que nosotros cumplamos con nuestra obligación de informarnos, verificar, contrastar y publicar. Nosotros no somos lobos ni maltratamos a las víctimas de un violador en serie. A nosotros jamás nos dictaran una resolución judicial para apartarnos de un caso por no cumplir con nuestra obligación. Nosotros siempre al lado de las víctimas, jamás al lado de los victimarios.

Tras la admisión a trámite de la querella presentada contra ella por el abogado de las víctimas de Cabezudo por un delito de omisión de su deber de perseguir los delitos de Kote Cabezudo, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) rechazó incoar un procedimiento penal contra Pérez Asenjo acogiendo su insólita alegación: que no persiguió los delitos de Cabezudo no por mala fe, sino porque se leía los escritos del abogado de las víctimas “por encima o en diagonal”. Es decir, la ineptitud e incompetencia máximas como único y desesperado argumento para eludir el dolo que la abocaba al banquillo de los acusados.

El TSJPV estimó que en la conducta de Ana Isabel Pérez Asenjo hubo un mero error u olvido en una causa muy compleja, y que la falta de acción de la juez fue una “disfunción nacida de la simple falibilidad humana”. Jueces protegiendo a jueces, bomberos que no se pisan la manguera mientras las víctimas sufren doblemente hasta el punto de que alguna de ellas llega a decir que “me sentí más violada por Ana Isabel Pérez Asenjo que por Kote Cabezudo”.

Cuando estoy con las víctimas siento que estoy frente al bien, el amor, la valentía y el coraje. Cuando estuve frente a Ana Isabel Pérez Asenjo sentí que estaba frente al mal

Conozco a las víctimas, y conozco a Ana Isabel Pérez Asenjo. Repito, asistí a la declaración de una de las víctimas, por expreso deseo de ella. Y se lo agradezco, porque conociendo a las víctimas y a la juez Pérez Asenjo, tengo la sensación, incuestionable, porque es mía, es mi sensación, de que cuando estoy con las víctimas estoy frente al bien, frente al amor, la valentía y el coraje. Cuando estuve frente a la juez Asenjo sentí que estaba frente al mal. Y pensé que si yo hubiera sido la víctima no hubiera sido capaz de mantener la compostura y la dignidad que ella mantuvo frente al maltrato. Creo que yo hubiera respondido de otro modo, rebelándome contra las preguntas, contra los gestos y contra las miradas de esta jueza que pasa a la historia de la infamia judicial.

Los lobos y las lobas, por supuesto, de San Sebastián siguen viviendo sus vidas tranquilamente. Pero ellos y ellas saben que nosotros no vamos a parar de trabajar hasta que se sepa todo. No van a poder callarnos, porque nosotros tenemos principios y dignidad, y cumplimos con nuestras obligaciones. No somos lobos, pero tampoco corderos. Y sabemos que como dijo un griego, todo aquello que está debajo de la tierra, el tiempo lo sacará a la luz del sol. Y yo añado, antes que el tiempo lo sacará algún periodista que cumpla con su obligación.

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