LAS PULSERAS DE LA VERGÜENZA

Los fallos reiterados durante varios meses de 2024 en los dispositivos electrónicos, pulseras, que se colocan a los maltratadores para evitar que se puedan acercar a sus víctimas nos ha llevado a lo mismo de siempre, la desprotección de las mujeres. Se repite la historia, ahora con las pulseras de la vergüenza.

Inicialmente el Gobierno habla de bulos de la extrema derecha, después algunos medios aportan documentación y testimonios que acreditan la veracidad de los hechos, salen a la luz advertencias que especialistas hicieron llegar al Ejecutivo. La realidad se convierte en un clamor contra el Gobierno y entonces se anuncia que se van a subsanar los errores “para corregir la alarma social provocada de forma irresponsable”.

La vicepresidenta Yolanda Díaz dice que igual habría que hacer “una pequeña investigación”. Y ahí sigue

La vicepresidenta Yolanda Díaz, consumada feminista y progresista, que tiene la cara de cemento armado, tiene los ovarios de salir y decir que hace falta “una pequeña investigación” para esclarecer los motivos de los fallos de las pulseras, si han existido fallos “en un sistema que parece que no funcionaba correctamente”.

Pequeña investigación, dice la señora vicepresidente del Gobierno de “mayoría progresista”, y ahí sigue en su poltrona, de la que no la mueve nadie.

Y la ministra del ramo, Ana Redondo, sucesora de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad, anuncia un nuevo concurso para adjudicar a otra empresa el suministro de las pulseras, y asegura que se introducirán “mejoras técnicas”. Y remachó recordando que “ninguna mujer fue asesinada”.

Las infracciones de las ordenes de alejamiento dejan impunes a los maltratadores

Muchas mujeres corrieron serio riesgo de perder la vida, y como las pulseras eran fácilmente desmontables, las infracciones de las órdenes de alejamiento dejan impunes a los maltratadores.

El artífice del dichoso contrato de las pulseras fue Angela Rodríguez, la inefable Pam, entonces secretaria de Estado de Igualdad y Contra la Violencia de Género, nombrada por Irene Montero. La sin par Pam se ha casado esta semana con su amiga Allende Marina. La ceremonia ha sido bestial. Pam vestida de negro, su señora de impoluto blanco y con mantón de manila. A los invitados les quitaron la sed con refrescos a los que denominaron Palestina Drinks y la tarta, de seis pisos, seis, era de tortilla de patata.

Pam, la artífice de los contratos, sigue cobrando 7.511 eurazos al mes y ni siquiera ha perdido perdón a las víctimas desprotegidas

Pam le adjudicó el contrato de las malditas pulseras a una Unión Temporal de Empresas (UTE), formada por Vodafone y Securitas, tras retirarse del concurso Telefónica y Buddi Limited. Dicen que Pam quería ahorrar dinero al Ministerio.

No asistió a la boda Irene Montero, la que colocó a Pam de mandamás protectora de las mujeres. Pero que en realidad la nombró para proteger a su amiga y resolverle el futuro, porque Pam sigue cobrando un pastón por la indemnización prevista para los altos cargos que cesan en sus puestos. Pam se lleva el 80% del que era su salario, cobra aún 7.515,55 eurazos al mes, y seguirá cobrando esta cantidad hasta noviembre, fecha en la que se cumplen dos años de su cese. En total Pam se habrá llevado a la buchaca 180.373,2 euros, según el Portal de Transparencia.

Supongo que la elaboración de la tortilla de seis pisos para celebrar su boda y la preparación de las bebidas palestinas para la ceremonia le ha llevado mucho tiempo a Pam, que no ha abierto la boca respecto al contrato de las pulseras. Y que no ha salido siquiera a pedir perdón a los miles víctimas desprotegidas.

El Poder Judicial advirtió de lo que estaba sucediendo y el Ministerio de Igualdad no hizo nada de nada

Hasta la Memoria Anual de la Fiscalía General, en la que manda el imputado García Ortiz, plasmaba que las pulseras habían presentado fallos a la hora de migrar los datos entre los proveedores, causando “sobreseimientos provisionales y absoluciones” en asuntos de ordenes de alejamiento, y citaba las provincias de Madrid, Gerona, Tenerife, Granada, Castellón y Pontevedra como las que habían registrado “múltiples fallos”.

El Gobierno sabía desde 2023 el problema, conocía los reiterados fallos, pero la ministra Ana Redondo no ha dado aún la cifra de mujeres afectadas porque “es un sistema muy complejo”. A lo peor es que ha hecho caso a la vicepresidenta Yolanda Díaz y en vez de una investigación a fondo a hecho una “pequeña investigación”.

El Consejo General del Poder Judicial hizo público un demoledor informe sobre las ocasiones en que advirtió al Ministerio de Igualdad de los fallos detectados por los Tribunales. El Gobierno ahí sigue, con tantas mujeres víctimas de este grave episodio de indefensión. Miles de mujeres han vivido un verdadero calvario mientras sus maltratadores eludían condenas. Y ahí continúa la ministra Redondo diciendo una cosa y su contraria, como el jefe, y enarbolando el pañuelo palestino para ver si a base de hablar del genocidio de Gaza nos olvidamos del Ministerio en el que todo igual da con tal de desproteger a las mujeres.

Este Gobierno “progresista” pasará a la historia como el que más ha abandonado y desprotegido a las mujeres

Este Gobierno autodenominado de “mayoría progresista” debe considerar progreso abandonar a las mujeres. No olvidamos el bodrio legislativo de Irene Montero, la llama ley del “solo sí es sí”, que posibilitó la rebaja de condenas y puestas en libertad de decenas y decenas de violadores. También tras haber sido advertidos de lo que iba a suceder.

Sin duda el Gobierno de “mayoría progresista” pasará a la historia como el que más desprotegidas ha dejado a las mujeres de la historia democrática de España. Pedro Sánchez aún no ha destituido a la ministra Ana Redondo, que sigue reiterando que el sistema ha funcionado y funciona correctamente y que “ni una sola mujer ha sido asesinada. Lo último que necesitan las víctimas es generar alarma y miedo con bulos”. No, señora Redondo, lo último que necesitan las víctimas son altos cargos como usted, Irene Montero o Pam, que han acreditado con sus actuaciones que desprotegen a las víctimas deliberadamente, porque pese a las advertencias que reciben sobre lo que va a suceder,  siguen ustedes su camino de propaganda barata.

Parece que Pam optó por una oferta menos costosa, pero su Ministerio de Igualdad no tenía ni tiene problemas de pasta, pues ahí están las campañas publicitarias inolvidables. Recordemos. “Sola y borracha quiero llegar a casa”, “que el miedo cambie de bando”, y la última la de “por huevos”, protagonizada por Paco León, actor habitual abajofirmante de manifiestos a favor de Sánchez y contra la extrema derecha.

Sánchez creó el Ministerio como una suerte de juguete para colocar a la señora de Pablo Iglesias y sus amigas

No sabemos, pero lo sabremos, si en las diferencias de precio y la adjudicación definitiva hubo algo que rascar por parte de algún amiguete progresista.

Pedro Sánchez creó el Ministerio de Igualdad y contra la Violencia de Género como una suerte de juguete para colocar a la señora de Pablo Iglesias y sus amigas. A los maltratadores les colocaban una pulsera de Aliexpress inútiles. Alguno hasta lo apagó para irse a la playa. Y los altos cargos progresistas disfrutando de la vida.

No esperaba que ninguna de estas feministas tan progresistas pidiera perdón a tantas mujeres que han sido abandonadas a su suerte por el Gobierno. Si Ana Redondo tuviera un mínimo de vergüenza o dignidad dimitiría. Recuerden como gritaba histérica la ministra Redondo en el Congreso “vergüenza, vergüenza” contra un diputado que había osado criticar a Begoña Gómez.

El Gobierno feminista y progresista ha puesto a miles de mujeres en grave riesgo, liberando violadores y pendientes de unas pulseras de bazar chino. Y ahí siguen todas, todos y todes, sin asumir ninguna responsabilidad y presumiendo de progres y feministas. Esto es lo que tenemos señores. Y todavía habrá quienes vuelvan a votarles, no vaya a ser que gobierne la derecha.

Igual Pedro Sánchez, mientras se trajina que le coloquen de capo de ACNUR, cambia de opinión y trata de que le coloquen de presidente de ONU Mujeres. Con su currículo, y sabiendo como se hacen las cosas en la ONU no lo descartemos. Y se llevará a Nueva York a Pam, Irene Montero y Ana Redondo, todos y todas con el pañuelo palestino por supuesto.

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