RTVE LA PÚBLICA, LA DE TODOS

Bajo el mandato de José Pablo López, siempre dispuesto a agradar al Gobierno, aunque su sueldazo lo pagamos todos, RTVE está superando todo lo imagibale. Se llenan la boca hablando de “RTVE, la pública, la de todos”, pero no, la pagamos todos pero es la privada del Gobierno de Sánchez.

López comenzó colocando a Broncano, que es famoso porque en su programa a los invitados les pregunta cuánto dinero tienen y cuantas veces han follado el último mes.

Después colocó a Cintora con sus lenguas, en cuyo programa un tal Aroca tuvo los huevos de decir que estaba muy bien quedarse atrapado diez horas en un AVE porque la gente es muy maja.

Lo último ha sido colocar a “La familia de la tele”, o sea, a toda la fauna del Sálvame de Tele 5, pero con María Patiño y Belén Esteban de oficiantes en vez de Jorge Javier Vázquez.

Esta peña presume de trabajar “en la pública, la de todos”, pero no, trabajan en la privada de Sánchez y para Sánchez, y lo pagamos todos

Las audiencias de los programas de televisión suben y bajan, pero a López las audiencias no le afectan porque lo que busca es colocar a su peña, todos muy progresistas, antifascistas y defensores del colectivo LGTBI+.

Con Cintora, el más descarado en la berrea progubernamental, ha llegado a simultanear la emisión en La 1 y en La 2, algo sin precedentes salvo en acontecimientos extraordinarios.

La peña de López gusta de presumir de que trabajan en “la pública, la de todos”, pero no. Trabajan en la privada de Sánchez que pagamos todos pero que maneja el Gobierno según sus intereses particulares.

No debieran existir medios públicos, pero si existen, su papel no es el de los privados

El coste de los programas no es barato, manejan presupuestos de cadena privada. Ellos dicen que gracias a estos contenidos están incorporando a RTVE a espectadores jóvenes. Puede que en algún caso sea así, pero la realidad es que el coste de estos programas, acompañado de una importante inversión publicitaria, no le otorga a RTVE el retorno necesario.

Saben los lectores que yo soy partidario de que no existan medios de comunicación públicos. Pero, de existir, es evidente que su papel no es el de las televisiones privadas.

No cuestiono, como los sindicatos de RTVE, el derecho de las productoras independientes a producir para RTVE. Solo faltaría. Pero el modelo que está desarrollando López a mayor gloria del Gobierno es lamentable, lo produzcan productoras o lo hagan los funcionarios.

RTVE tiene 6.770 empleados, 2.600 más que Atresmedia y Mediaset juntos. O sea que sobran al menos 4.000.

A 31 de diciembre de 2024 RTVE tenía 6.770 empleados, funcionarios con el puesto de trabajo y el salario garantizado. El Grupo Atresmedia tiene 2.560 empleados y Mediaset 1537, o sea, que los dos grupos de televisión privada juntos suman 4.097 empleados, 2.673 empleados menos que RTVE.

Ningún Gobierno, ni del PP ni del PSOE ha tenido el valor de plantear una racionalización de la plantilla de RTVE. Cualquiera que sepa algo de gestión del negocio audiovisual sabe que en RTVE sobran al menos 4.000 trabajadores.

Ni PSOE ni PP quieren cambiar las cosas en RTVE “la pública”. Lo que prometen en la oposición lo olvidan en el Gobierno

RTVE será “la pública, la de todos” el día que un Gobierno afronte la realidad, haga un ajuste de plantilla necesario y ponga al frente a profesionales independientes que estén dispuestos a cumplir con sus obligaciones profesionales y no ser mera correa de transmisión del Gobierno.

Los partidos políticos, cuando están en la oposición, prometen que si gobiernan cambiarán las cosas. Pero cuando se produce la alternancia, todo sigue igual, dan la vuelta a la tortilla.

En cuanto a la plantilla, el crecimiento elefantiásico de la misma es consecuencia de tantos años en los que PSOE y PP han ido colocando a afines. Y una vez colocados ahí se quedan, muchos de ellos de brazos cruzados si no manda el partido que le colocó.

Visto lo visto con este Gobierno y con José Pablo López, la cosa es susceptible de empeorar en la televisión de todos

O sea, que hay dos bloques en guerra permanente, dedicados a tratar de beneficiar a un partido político, pero no a cumplir con sus obligaciones profesionales.

Vi el estreno de La familia de la tele. Ahí estaba Lidya Lozano llorando. Su madre había muerto días antes. Y “la pública, la de todos”, la metió en un coche ambientado con el perfume que utilizaba su difunta madre y la enviaron a un centro comercial a que firmara libros. Después Kiko Matamoros contó que se había hecho una operación de esófago. En eso se gasta RTVE nuestro dinero.

Y por ahí andaba Inés Hernand, una activista que se hizo famosa como reportera de la pública en una cobertura de los Premios Goya en cuya alfombra roja al aparecer Pedro Sánchez, le gritaba dando brincos como una grupi: “Eres un icono presi, te queremos”. Y claro, ahora López la coloca en La Familia de la tele, donde no cesa de transmitir sus consignas ideológicas en un programa que denominan de entretenimiento.

¿Hay buenos profesionales en RTVE? Sí. Y malos también, y muy malos. Hace pocos días falleció uno de los mejores, José Angel de la Casa, mítico por sus retransmisiones deportivas. De la Casa, “Tofo” para los amigos, era un periodista de primera, que entendía muy bien lo que era el servicio público, que pudo trabajar en cadenas de radio y tv privadas y siempre prefirió quedarse en RTVE. No es porque fuera amigo mío, pero como el Tofo hay pocos.

Visto lo visto con este Gobierno y con José Pablo López, lo de RTVE “la pública, la de todos”, es susceptible de empeorar. No lo duden.

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