EL APAGÓN PERMANENTE DE SÁNCHEZ

Apagón

Si algo nos ha mostrado el apagón eléctrico a los españoles es que no hay nadie al volante. Al momento de escribir estas líneas, cumplidas 24 horas de un suceso que nos alinea sin remedio con el tercer mundo, Sánchez y su banda siguen sin dar ninguna explicación coherente. El corte me pilló en Madrid y en la calle. Y todo lo observado se movía entre lo esperpéntico y lo dantesco. Caos circulatorio con el metro y los cercanías suspendidos. Comercios echando las persianas por temor al pillaje. Multitudes arremolinadas alrededor de vehículos que sintonizaban emisoras de radio como única fuente de información…

La falta de una explicación técnica inmediata respecto a la causa del apagón es lo más inquietante de todo. En un país en el que ya sabemos que el Gobierno nos miente un día sí y otro también, más vale prepararse para cualquier cosa. Recuerden el inexistente comité de expertos de la pandemia que nos tomaba el pelo y nos adoctrinaba al gusto del número uno. ¿Lo peor de aquello y lo de ahora? La obediencia ciega y la ausencia de discernimiento en la mayoría de la población. Borregos a la orden de su pastor. Aunque el pastor conduzca a su rebaño hacia el abismo.

Apagón moral

Como sociedad tenemos un problema mucho más grave que diez horas sin fluido eléctrico. Y es que hemos naturalizado hasta tal punto la degradación moral absoluta en aquellos que gobiernan nuestras vidas, que ya da igual lo que pase, porque nunca pasa nada. Todo lo que rodea a Sánchez y su Gobierno es un permanente escándalo de corrupción, pero no pasa nada. Ayer nos asomamos a un pequeñísimo simulacro del apocalipsis. Un acontecimiento insólito de la suficiente gravedad como para detenernos a cuestionarnos en manos de quienes estamos y tomar acción al respecto. Pero no. No pasa nada. Somos como los cangrejos que se cuecen poco a poco sin hacer nada por huir del agua que lentamente hierve.

Vendrán cosas peores en el futuro. No me cabe ninguna duda. El poder tantea a la ciudadanía, ve que no pasa nada y va un paso más allá. Y así una y otra vez. Haciéndonos más pobres, más dependientes, menos libres. En España, en Europa, en el mundo, estamos donde estamos porque la brújula moral que nos debiera gobernar como individuos, la apagamos en lo colectivo hace ya demasiado tiempo. Y las ovejas lanzándose a comprar kits de supervivencia en vez de derrocar a los pastores. Mientras, ya hay quien propone aplaudir a los electricistas en algún momento cada día… Lo dicho: apagón permanente.

Tags from the story
,
More from Mario Díez
LA JUSTICIA ESTÁ EN DEMOLICIÓN
La Justicia en España se encuentra en Estado de demolición. Se lo...
Read More
Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.