EL ASALTO A TELEFÓNICA Y LO QUE SE VIENE

La operación estaba diseñada desde finales de 2023. Objetivo de Sánchez, una vez colonizadas todas las instituciones del Estado, hacerse con una compañía privada esencial para el control de las comunicaciones y de los medios de comunicación, al ser el principal anunciante de España. Cuando Aznar privatizó Telefónica colocó de presidente a su colega Juan Villalonga. Incorporó a su equipo a un nutrido grupo de ejecutivos entre los que había algunos brillantes. Y, también algún lelo. Eso si, todos ellos sabedores que sucediera lo que sucediera iban a forrarse, como así sucedió, con los salarios, las opciones sobre acciones y los finiquitos.


Sánchez y su control a Telefónica

Después llegó el aragonés César Alierta, a quien le gustaba influir en los medios y que en 2010 hizo que Telefónica comprara 100 millones de euros de bonos del Grupo Prisa (El País, la SER, Canal +, ya saben). Cuando José María Alvarez Pallete accedió a la presidencia, vistos los resultados económicos de la operación, decidió vender la mayoría de esas acciones a un grupo de empresarios vinculados a José Luis Rodríguez Zapatero y con mano ancha y larga en Presidencia del Gobierno. 

El primer paso de Sánchez para controlar Telefónica fue que la Sociedad Estatal de Participaciones industriales (SEPI), comprara un 10% de la compañía por 2.300 millones de euros. O sea, que Sánchez se compró un 10% de Telefónica con el dinero de todos los españoles. La jugada es calcada a la que hizo para controlar Indra, compañía importante en materia de Defensa y con el control de los procesos electorales. Con el argumento de proteger empresas clave para la economía y la seguridad nacionales, primero toma una participación relevante y después se hace con el poder corporativo. Asaltado el control de la teleco trabaja ya en una gran operación entre Telefónica e Indra.

De su mano siempre Joseph Oughourlian. El armenio propietario de Amber Capital, que en 2022 se hizo con el 5% de Indra y que a la vez es el máximo accionista del Grupo Prisa. Para el asalto a Telefónica ha contado también con la eficaz ayuda del fondo saudí STC Telecom que se había hecho en 2023 con un 10% de la teleco española. También ha tenido de su lado en el asalto, aunque en actitud más pasiva, a Criteria (el holding de La Caixa), que como accionista también importante de Telefónica, ha bendecido la operación traicionando a Pallete.


Una compañía que le va a aportar muchas cosas

Con el asalto a Telefónica Sánchez se hace con el control de una compañía que le va a aportar muchas cosas. Entre otras, el control de la información sobre comunicaciones que se entrega a los Juzgados, ahora que su esposa, su hermano y sus hombres de confianza están en apuros judiciales. Además, una capacidad formidable para colocar a amiguetes con sueldazos millonarios. Una de las decisiones que tomó Pallete al llegar fue la salida de los políticos retirados que cobraban sueldazos incluso sin aparecer por las oficinas.

Del PSOE y del PP. Ya sólo queda Javier de Paz. El chaval que pasó de presidir las Juventudes Socialistas al Consejo de Administración de Telefónica con mucha influencia, y que ahí sigue y seguirá. Y, evidentemente, una capacidad insuperable de influir en los medios de comunicación al ser el principal anunciante de España.

Para sustituir a Pallete ha colocado a Marc Mutra, un ejecutivo íntimo de Salvador Illa y muy vinculado al Partido Socialista de Cataluña. Y a Pallete, para endulzarle el despido, le han cascado un finiquito cercano a los 40 millones de euros. Finiquito que pagamos por supuesto todos los españoles. Con esa morterada han conseguido que Pallete salga, por ahora, sin hacer ruido. Pero el despido de Pallete se ha hecho sin el más mínimo cuidado de las formas, como es habitual en Sánchez y su tropa.

Según me relata un ejecutivo próximo a Pellete, “al jefe le convocan el viernes 17 por la mañana a una reunión en Presidencia del Gobierno a las 17,30, y le piden discreción máxima. Pallete intuye que sucede algo grave, pero no barrunta que le despiden y acude a La Moncloa con mucha información sobre la compañía, con papeles. Para su sorpresa, no le recibe el presidente, sino Manuel de la Rocha, jefe de la Oficina Económica de Presidencia, junto a Angel Simón, consejero delegado de Criteria Caixa. De la Rocha le dice que no la hecho mal, pero que se tiene que ir, que está despedido. Pallete no da crédito a la cobardía de Sánchez. Que menos que dar la cara.


Es insaciable y controla todo

Y piensa también en Isidro Fainé, el capo de La Caixa, que tampoco ha dado la cara. Y optó por no discutir. Eso sí, antes de irse le dijo a De la Rocha que si fueran mínimamente serios su despido debía haberlo acordado el Consejo de Administración. Le comentó que Marc Mutra le parece un tipo serio, pero que visto lo visto se quedaba preocupado por el futuro de Telefónica. La política no debe entrar en las empresas serias. Allá vosotros con vuestra conciencia. Le ofrecieron algún puesto en la Fundación Telefónica, pero les pidió que no insitieran y les prometió hacer una transición ordenada, por respeto a los miles de accionistas de la compañía”.

También me comentó que “la Caixa no dio el visto bueno a la operación hasta que le garantizaron que el sucesor sería un hombre del PSC. Dicen que Murtra va a hacer una gestión profesional y no política, pero no hay quien se crea que no va a bailar al son que le marque Sánchez a través de De la Rocha. Más que nada porque si pretende no hacerlo si irá a su casa como ha venido, pero más millonario.

Es acojonante que a Pallete le despidan en La Moncloa el viernes y el Consejo de Administración se reúna el sábado por la tarde para formalizar el despido y la indemnización y el nombramiento de Murtra. Si un grupo de accionistas iniciara acciones judiciales iban a tener un problema serio, incluso penal, pero no sucederá. Todo esto es una muestra más del capitalismo de amiguetes. Van a faltar despachos en la disparatada sede de Telefónica para los que van a colocar. No se van a cortar un pelo porque tienen una jeta de cemento. Solo faltaría que nombraran consejera a Begoña, o a Abalos”.

Raul del Pozo escribió en su columna de El Mundo: “Telefónica fue monopolio y lo seguirá siendo. Van a controlar las comunicaciones y las fornicaciones. Un móvil es una oficina con acceso a internet, y a partir de ahora será controlado por el Gobierno”. Y sí, Sánchez, de la mano de los saudís, controla los teléfonos, los medios, nuestras conversaciones, nuestros mensajes. Maneja el fútbol, los medios y los procesos electorales. O sea, todo. Y ya verán lo poco que tardan en concederle una nueva licencia de televisión al Grupo Prisa. Y, probablemente en una operación en la que entre Telefónica. Son insaciables. O sea, lo controlan todo. Un peligro muy serio. Y lo que nos queda por ver.


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