La fallida visita de Sánchez a Paiporta (Valencia) me evoca aquella maravillosa película de «Sonrisas y Lágrimas«. Seguramente, por la pérdida de la patria a manos de los totalitarios que allí se denuncia. Unos totalitarios que creyendo atesorar todo el poder -como el fatuo de Sánchez- deciden imponerte su relato, aunque seas tú el protagonista de la tragedia. Una tragedia fruto, sobre todo, del abandono criminal de los gobernantes al Pueblo. Solo así pueden presentarse con un convoy de coches, cuando supuestamente ni se podía llegar ni disponían de medios, con la única intención de hacer unas cuantas promesas electorales y un publi reportaje para lavar su imagen antes de volverse, en Falcon, a Madrid.
Un lavado de cara del Gobierno: esto va de Sánchez y no del Pueblo
Los 900 asesores de Moncloa urgían ese publi reportaje y Sánchez sabía de su necesidad. Más que nada, porque es lo que dice el manual y lo que hacen todos siempre: fotos, aplausos, una larga cambiada y ahí te quedas. Sin embargo, el dilema ahora es cómo salir de Moncloa con éxito. El territorio les da igual porque todos, salvo los tribales intencionadamente abandonados a sus socios, son de la PPSOE. Ya visteis a Mazón agasajándolo (le falto ponerse de rodillas y… alabarlo). No obstante, todas las últimas salidas han sido momentos de descarga para los oprimidos. Pitadas e insultos que no quedan bien. Deslucen.
¡Eureka! ¡Qué venga el muñegote coronado!, gritó uno de los asesores. Pensat y fet. Moncloa llamó a Zarzuela y Felipe -que tiene menos luces que su padre, qué ya es decir- se dejó embarcar para Paiporta para hacerle el caldo gordo a Sánchez, porque esto iba de Sánchez y no del Pueblo (majete, hay que ponerse malo cuando mala es la acción que te piden cometer). Sus palabras allí fueron otro lavado de cara para el gobierno con eso de la intoxicación y de que hacen todo lo que pueden. Más y más mentiras.
No obstante, por educación o por vergüenza torera, tuvo la gallardía de quedarse y aguantar el chaparrón mientras Sánchez huía despavorido. Leticia fue, empero la sonorísima Bergoña no se atrevió, siquiera, a enseñar el bigote. No todo vale y, esta vez, ni el anillo de Frodo del coronado le sirvió para borrar la infamia cometida contra Paiporta y contra todos nosotros.
Sonrisas y lágrimas que no bastan para arreglar el desaguisado
A partir de aquí, llegan las sonrisas de muchos en un país que ve, por fin, al felón de Sánchez salir trastabillado por sus infames acciones. Con esa valentía no es de extrañar que haya entregado el Sáhara Español y que esté pensando en subastar las Canarias o Ceuta y Melilla para seguir en el poder. ¡Necesita más asesores y más ministros! Las sonrisas nacen, en el fondo, de que mientras la familia Trapp –la de «Sonrisas y Lágrimas«- tuvo que salir zumbando de Austria, su patria, por la llegada de los nazis, en Paiporta ha ocurrido todo lo contrario: han salido zumbando los nazis por el levantamiento de un Pueblo dormido hasta la fecha, pero que comienza a decir basta. No se trataba –lo hemos visto todos- de grupúsculos de extrema derecha, como apuntan siempre desde el gobierno, sino del Pueblo llano harto ya de tanta infamia.
A partir de aquí llegan, también, las lágrimas de todos nosotros tanto por todo lo acontecido como por las penosas condiciones en que se encuentran aún nuestros compatriotas por el abandono de este gobierno dizque socialista. Unas lágrimas que también brotan cuando ves a la gente de Valencia y de toda España a prestarse para ayudar. Incluso presentarse allí cuando estos majaderos dicen que no se puede llegar y que con los voluntarios no pueden trabajar. ¡Haber llegado vosotros antes! Nadie se hubiese desplazado de saber que ya estaban atendidos. Pero no, ni lo estaban antes ni lo están ahora todavía.
Esas sonrisas y esas lágrimas no bastarán para arreglar el desaguisado. Un desaguisado que nada tiene que ver, en el fondo, con la recurrente gota fría en el levante español. Un desaguisado que sí tiene todo que ver con la PPSOE. Una PPSOE con todo el poder empero disociada del Pueblo del que supuestamente emana ese poder. Concentrados en llevárselo crudo, desatienden todo lo demás. Muchas veces consiguen que no se note, pero esta vez salió cruz y, por fin, muchos creyentes les habéis visto el plumero.
Se trata, por tanto, de solucionar nuestras vidas no las suyas. Para ello tendrás que abandonar el credo que te han colocado y no volverles a votar nunca jamás. Solo así podrás salir de este atolladero. No se trata de violentarte y tirar barro: eso no sirve de nada. Se trata de no volverles a votar nunca. Si persistes en hacerlo, todo irá a peor. Te lo garantizo.