Recibo un correo electrónico de una lectora catalana que me reprocha haber criticado que en su toma de posesión como presidente de la Generalidad Salvador Illa no tuviera a su espalda junto a la bandera catalana una bandera española. El tono del correo es desagradable, incluye el calificativo de facha españolista y me insiste en que con la bandera catalana Illa cumplió con lo debido porque la presidencia de la que tomaba posesión era la de Cataluña, no la de España.
Ocultar la bandera de España es una costumbre del independentismo
La lectora terminaba pidiéndome que no la respondiera por el mismo cauce, que lo hiciera con otro artículo “porque no dude usted que muchos lectores catalanes piensan lo mismo y merecen una explicación”. La respuesta es clara. Illa ostenta como presidente la representación del Estado español. Y la bandera española representa a todos los catalanes, sin exclusión de ninguno. Me extrañó que Illa jurara fidelidad y respeto al Rey y a la Constitución y no lo hiciera con el símbolo que representa a todos los españoles.
Es una costumbre del independentismo ocultar la bandera de España, incluso la diputada de Junts Miriam Nogueras llegó a retirar una en el Congreso antes de una rueda de prensa. Respetar la bandera de España no es ser facha españolista, es simplemente ser respetuoso con la bandera de todos. El mismo respeto que reclamo para la senyera, que es la bandera de Cataluña. Ni más ni menos.
Me pregunto, querida lectora, que pensaría o diría usted si Illa hubiera ordenado colocar solo la bandera española y no la catalana. Yo, no lo dude, lo hubiera criticado sin matices. Es importante respetar los símbolos. Y la Constitución dice que en las comunidades que tengan una bandera propia se utilizarán ambas conjuntamente en los actos y en los edificios públicos.
Cualquier catalán tiene todo el derecho del mundo a ser independentista, o a no serlo, y ambos merecen ser respetados y tratados por igual por quienes les gobiernan. Y el respeto incluye también el respeto a los símbolos. Por eso también critico a quienes utilizan la estelada en vez de la senyera, que es la bandera oficial de Cataluña. La utilización de las banderas para la contienda política es un inmenso error. Y el respeto a las instituciones y a sus símbolos es esencial para la convivencia pacífica entre todas las ideologías.
