El pueblo venezolano, después de veinticinco años de chavismo, salió ayer masivamente a la calle para votar por el cambio. El Consejo Nacional Electoral, controlado por el dictador Maduro, facilitó unos resultados fruto de un pucherazo. Victoria de Maduro con un 51% del voto frente a un 44% del candidato demócrata Edmundo González Urrutia.
El pueblo venezolano, después de veinticinco años de chavismo, salió ayer masivamente a la calle para votar por el cambio. El Consejo Nacional Electoral, controlado por el dictador Maduro, facilitó unos resultados fruto de un pucherazo: victoria de Maduro con un 51% del voto frente a un 44% del candidato demócrata Edmundo González Urrutia.
Maduro vencedor fruto de un pucherazo
González Urrtutia aseguró que había ganado su candidatura con un 70%, cifra parecida a la de los sondeos a pie de urna efectuados por la empresa Edison Research, que le otorgaban un 65% frente a un 31% para Maduro. González Urrutia contaba también con las actas electorales de sus apoderados para denunciar el fraude.
Era previsible que Maduro, que controlaba el recuento de los votos y la autoridad electoral, se proclamara vencedor fruto de un pucherazo. Ya había imposibilitado la participación de la lideresa opositora María Corina Machado, había impedido la entrada en el país de observadores internacionales y había obstaculizado el voto de más de 5 millones de venezolanos exiliados.
Para vergüenza de España, durante la campaña siguió recibiendo la activa colaboración del autodenominado “progresismo” español, con el presidente Rodríguez Zapatero a la cabeza ejerciendo desde hace tiempo de embajador oficioso del dictador y no apoyando a los demócratas perseguidos y encarcelados por su resistencia política y moral frente a la dictadura. Y no faltó Juan Carlos Monedero, que ya fue cancerbero de Hugo Chávez en la presidencia a cambio de una millonada, que apareció en un mitin de Maduro bailando como una chirlider del dictador y que estuvo toda la jornada en el corazón de Presidencia donde se dirigía el pucherazo.
España y el Gobierno español tienen una responsabilidad especial
Maduro ha detenido a mi compañero y amigo Cake Minuesa, tras los diversos reportajes que efectuó sobre la dictadura bolivariana y en apoyo de los opositores al régimen. A Cake se lo llevaron en un coche sin identificar desde el Hotel Reinassance y horas después fue deportado, como otros periodistas y como había sucedido ya con observadores internacionales. En su último video Cake decía que tenía miedo, porque un ex diputado de Vox que estuvo detenido le había informado de que la policía le había dicho que iban a ir a por Cake para que se enterara de lo que es el chavismo de primera mano.
Cómo habrá sido la cosa en Venezuela para que los líderes de Chile, Colombia y Brasil, compañeros de Maduro en el Grupo de Puebla, advirtieran previamente del riesgo de fraude electoral y no aceptaran el resultado oficial. Ningún gobierno, partido o líder democrático puede aceptar este pucherazo. La lucha de los venezolanos de la oposición no va a ser suficiente para que Maduro acepte la realidad, y solo la presión internacional de las democracias podrán evitar que Maduro se perpetúe en el poder. España tiene una responsabilidad especial y el Gobierno debe actuar con contundencia y sin ambages en defensa de la democracia venezolana.