LA SALUD MENTAL, EL SUICIDIO Y LA SOLEDAD

La salud mental es el bienestar general de la manera en que piensas, regulas tus sentimientos y te comportas. A veces, las personas experimentan una importante perturbación en este funcionamiento mental. Puede haber un trastorno mental cuando los patrones o cambios en el pensamiento, los sentimientos o el comportamiento causan angustia o alteran la capacidad de funcionamiento de una persona. Un gran problema al que no vemos solución y se sufre a todas las edades.


El suicidio y las ideas suicidas crece en los jóvenes

Los casos de salud mental se están disparando enormemente. Cifras récord entre los jóvenes. Casos que a menudo están relacionados con el mal uso de los dispositivos móviles o con trastornos  alimentarios. Jovenes que son cada vez más conscientes de que su salud mental no está bien y están preocupados por ella. Cansancio, falta de energía, sensación de estar triste o decaídos, problemas para concentrarse. Todo esto sufren los jóvenes hoy en día. Muchos de ellos también miedo ante el futuro, poco interés por hacer las cosas, problemas para dormir, ataques de ansiedad o desajustes e incomodidad con su cuerpo.

Seis de cada diez jóvenes han llegado a tener ideas suicidas, pero no van a especialistas por motivos económicos. No buscan ayuda en el psicólogo porque no lo pueden pagar. Si tenemos en cuenta que una persona joven de media cobra menos de mil euros al mes de manera neta, entonces con los bajos salarios que tenemos y con la pobreza laboral, es imposible que una persona joven pueda acudir a profesionales de la salud mental de forma privada. En cuanto a la sanidad pública, ya sabemos de su mal estado y de la atención psicológica en concreto. Hay una carencia importante de profesionales de la salud mental. La salud mental es un tema urgente a tratar, sin embargo la sanidad pública no tiene los recursos necesarios para combatir la epidemia. 

Momentos de ansiedad, de agobio, el corazón se acelera y aparece el miedo. Y el malestar es tan grande que queremos desaparecer y dejar atrás todo nuestro dolor. Nada tiene sentido. Muchas personas han sentido esto y el teléfono de ayuda para las conductas suicidas, el 024, es lo único que puede parar ese sentimiento suicida. 

Este tf cumplió el pasado 10 de mayo dos años. Ha facilitado nuevas cifras sobre la salud mental de los españoles. Durante estos primeros años de vida ha recibido más de 260.033 llamadas. De estas llamadas, 12.846 tuvieron que ser derivadas directamente al 112 para ser atendidas de manera urgente. Los operadores han atendido más llamadas de mujeres que de hombres. 101.915 y 84.103 respectivamente. Aparecen datos alarmantes por edad. 

El Ministerio de Sanidad ha desvelado que durante estos dos años se recibieron siete llamadas de menores de entre 5 y 9 años. Lo cierto es que quienes más recurren a esta línea son adultos de 50 a 59 años. De este grupo llamaron 42.674 veces, y del grupo de edad de 40 a 49 años realizaron 37.527 llamadas. En cuanto a las comunidades, Andalucía está a la cabeza, seguida de Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana.


La soledad y la salud mental

La soledad no deseada es un problema social que genera sufrimiento, dificulta la participación en la sociedad y repercute de forma negativa en múltiples aspectos de la vida de las personas. Es un problema en aumento tanto en España como en Europa. Las relaciones sociales y la integración social son necesarias para el bienestar emocional de las personas en todas las etapas de la vida. En algunas ocasiones, estas necesidades sociales no pueden estar satisfechas y dan lugar a la experiencia subjetiva de la soledad. La relación entre la soledad y la salud, y en particular la salud mental es muy estrecha.

La soledad se define como un estado subjetivo que se experimenta en ausencia de contacto social. Es decir, la persona siente aislamiento o carece de pertenencia, de un núcleo que le hace sentirse querido y amado. Puede haber momentos transitorios de soledad pero la soledad puede convertirse en duradera y es aquí cuando puede revertir en problemas para la salud física y mental de las personas si no se gestiona correctamente.

Todo el mundo puede sentir la soledad, todos. Da igual si eres joven o adulto. No hay distinción de edad, género, origen y condición social. El no tener pareja, no tener un apoyo social, familiar, amistades, falta de aceptación. Cualquiera de ellos puede ser motivo para que uno pueda sentirse solo. Esta soledad no deseada afecta a la salud mental. La soledad está especialmente extendida entre los jóvenes, de 18 a 24 años. Luego decrece progresivamente con la edad pero vuelve a repuntar en las personas mayores de 75 años. Nadie está exento de vivirla y sentirla. Cuidemos nuestra salud mental. Cuidemonos.


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