El advenimiento de esta falsa democracia que tenemos, fue también el advenimiento de la mentira con mayúsculas. Anteriormente, las cosas se tapaban y punto. La mentira llega con la oscura Transición, con el oscuro 23-F y con la posterior fusión entre el PP y el PSOE que alumbró la mucho más oscura y mentirosa PPSOE (aunque siempre con la apariencia de ser dos seres opuestos y enfrentados). La PPSOE utiliza también «los anillos de Frodo» para desaparecer cuando las cosas se ponen feas. El más conocido y efectivo es Franco. Es pronunciarlo y todo lo demás desaparece.
Ahora, para no desgastar tan oportuno recurso, han creado otro, más pequeño y frágil, que todos conocemos como Leonor. Por eso, los grupos de desinformación y el equipo de opinión sincronizada se han apresurado a proclamarla como “el miembro mejor valorado de la Casa Real, superando a su padre, Felipe VI, quien tradicionalmente ha liderado esta clasificación”. Es decir, que, sin presentarse siquiera al examen, ya tiene un 8,2 ¡Cómo no van a pasar de curso, entonces, los que suspenden todas! Por lo menos se presentan.
El timo de la democracia al calor de Leonor
España abandona la democracia poco a poco y la PPSOE la va desmantelando desde dentro siguiendo los pasos del General –lógico, para ellos es mucho más cómodo- mientras envuelve a la ciudadanía con un sinfín de amenazas que pueden dar al traste con su existencia, haciendo que todo lo demás importe muy poco. Al igual que el anuncio de un cáncer elimina de golpe cualquier otra preocupación, los anillos de Frodo de la PPSOE –que son muchos y variables en el tiempo- hacen que abandonemos la idea de cualquier análisis de fondo y nos centremos en la pelota de partido que tenemos, siempre, sobre nuestro tejado.
Qué importa que en la práctica no exista representación, ni sufragio pasivo, ni separación de poderes, ni libertad de expresión –hasta Ancelotti lo denuncia- ni un contrato electoral que ligue la elección y el mantenimiento en el poder al programa electoral presentado, ni libertad, ni igualdad. Ni ninguna de las características esenciales para poder hablar con fundamento de una auténtica democracia, cuando el Planeta sufre por la sucia mano del hombre, cuando las mujeres sufren por el inclemente machismo, cuando los inmigrantes lo son por nuestra codicia, cuando el pueblo palestino sufre porque los judíos no se dejan violar, cuando el pueblo catalán sufre, y el vasco más aún, por culpa de la ominosa España… Qué importa entonces que Leonor jure la Constitución que permite que ocurran todas esas tropelías. No te metas en política, no te signifiques… ¡Déjanos hacer, verás que bien!
Son tan seguidores del General que hasta utilizan a la Iglesia Católica –siempre tan decidida a salvar políticos y tan remisa a salvar almas-, con el cardenal Omella al frente, para resolver ese «conflicto político» catalán, siempre y cuando no se cuestione que la PPSOE siga al frente de todo. El que exista o no democracia, el que España esté quebrada económicamente, poco importa si podemos aliviar el sufrimiento de unos pocos a costa del sufrimiento de todos los demás. «Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos» (Jesús dixit).
El adoctrinamiento, la propaganda y el clientelismo trabajan al unísono
Pues bien, en el cuento de hoy, Cataluña es ese rico camello incrustado en nuestro mismísimo como un gusano chupasangre mientras Omella, dándole la vuelta a la Biblia y la PPSOE a la Constitución, tratan de convencernos de que el camello somos nosotros, el «Resto de España’» y que debemos pagar para nuestra expiación.
Los «anillos de Frodo» funcionan porque el adoctrinamiento, la propaganda y el clientelismo trabajan al unísono en un Estado que lo controla todo como ocurre en Argentina –por eso muchos hablan de la argentinización de España y tienen razón. Donde el bueno de Sergio Massa, a la sazón ministro de economía y preboste del peronismo que les ha llevado, nuevamente, a la ruina (a una hiperinflación del 140% y a una pobreza del 40%), a pesar de todo, sigue sumando el 37% de los votos de cara a la elección presidencial definitiva de noviembre 2023. ¡Lo hace gracias –quizá les suene- a multiplicar los empleados públicos y a la concesión de miles de subsidios que compran votos.
Como esto todavía no es muy justificable en España –tranquilos, que pronto alcanzaremos ese nivel de vileza política- las ruedas de prensa del gobierno se han convertido en presentaciones sin preguntas. Muchas preguntas por hacer y muchas más por responder. Esto es España ahora: una falsa democracia donde los imperantes de la PPSOE y su séquito hacen lo que les viene en gana parangonando lo que hizo Nixon cuando justificó el espionaje al partido demócrata diciendo aquello de que “cuando lo hace un presidente, significa que no es ilegal”. La diferencia es que allí aquello le costó el puesto.
