El otro día llegó al Congreso, de la mano y la voz de Iñigo Errejón, la voz de muchos ciudadanos que tienen el cerebro y quizá el corazón algo averiados. Que han de convivir con medicación para surfear ese océano de tristeza y miedos. Me gustó escuchar en el Congreso que se hablara de diazepam, lexatin, valium, lorazepan: nombres de medicamentos familiares para muchos. Abrochó Errejón el asunto hablando de los suicidios, de quienes se quitan de en medio que son, según las estadísticas en España, uno cada dos horas y media. Una barbaridad.
Cuando Errejón hablaba en el Congreso de algo tan importante, tan serio, que afecta a tantas personas que necesitan ser escuchados por los psicólogos y psiquiatras, surgió una voz que llegaba de la bancada de los populares: la del diputado Carmelo Romero indicándole a Errejón: “Vete al médico”.
Sé lo que es sumirte en el abismo, que deteriora el desarrollo de la vida y te aleja de la felicidad. He caminado cerca de la depresión. Una psicóloga y un psiquiatra me aliviaron el viaje hacia el fondo ayudándome a salir a flote. He estado medicado. Conozco la materia. Por eso me gustaría sentarme cara a cara con Carmelo Romero y decirle que me parece un tipo salvaje, despreciable. No me sirvió de nada que después acudiera a Twitter a pedir unas disculpas que no se ha ganado.
El comentario de ¡al médico! del diputado Romero… insultante
Debiera saber el señor Romero que hay gente a la que le va mal, muy mal. Gente que no puede acceder a los doctores que podrían ayudarle. Esto es una cosa seria y no puede ventilarse con una salida de tono indecorosa y miserable como la suya. Romero no tiene ni puta idea de lo que cuesta reconocer que te va mal, no te encuentras bien, eres infeliz y te agobia despertarte cada día. Se permite el lujo de lanzarle al diputado Errejón un: “vete al médico”. Insultante para muchos enfermos de la vida.
Alguien del PP debiera explicarle a este animal que tienen sentado en ese escaño que son muchos los ciudadanos a los que la soledad les araña cada día. A los que el corazón les duele hasta el alma por problemas afectivos. Los que padecen precariedad laboral y ruina económica asfixiante, los que temen enfermar. Los que están enfermos y no pueden con la vida. Gente que ha de tomar diazepam, lexatin, valium y/o lorazepam para sobrevivir y recuperarse, si se recuperan.
Ninguno de ellos se merece tener como representante en el Congreso a una bestia parda como Romero. Insensible a un drama que ojalá no padezca nunca él o alguno de los suyos porque entonces tendrán que ir al médico, y quizá no tengan para pagarlo. Errejón ponía el asunto sobre la mesa para que el Gobierno haga algo y se ocupe de ellos la medicina pública, que anda escasa de psicólogos y psiquiatras.
Quienes hemos tenido que “ir al médico”, a esos médicos, sabemos bien de que va la cosa. Por eso creo que este diputado debiera irse a su casa y dejar que le sustituya en el escaño alguien que sea capaz de entender a los ciudadanos, a todos. Incluso a los que no votan a su partido o a los que tienen que ir al médico si tienen la suerte de poder pagarlo, ¿por qué no alguien que haya tenido que ir al médico y se haya recuperado?
Errejón y sus «errores conceptuales»
Un experto en la materia me comentaba: “Errejón cometió algunos errores conceptuales porque alguno de los casos que él mencionó pueden resolverse sin un especialista, en el entorno familiar o los amigos. No hay que confundir las enfermedades con los síntomas, estar triste con estar deprimido. Hay que dejar muy claro que el dicho de que quién va al psicólogo no está loco y quién va al psiquiatra sí lo está, no es cierto. No hay que hablar de la salud mental, porque salud mental indica estar sano. Por lo tanto no hace falta disponer de especialistas para tratar la salud mental. No hay salud cancerígena. Hay que tratar a quien tiene problemas mentales, lo cual no supone estar loco”.
Además, me añadía: “la pandemia no ha hecho crecer los problemas psicológicos o psiquiátricos. Al mencionar esos medicamentos quizá Errejón ha pensado que el aumento de consumo de ansiolíticos es de ahora pero no, viene de atrás. La automedicación es una cuestión muy grave, como lo es la voracidad de la industria farmacéutica que consigue que se receten sus medicamentos muchas veces sin necesidad. Una enfermedad mental no se produce por la pandemia y tarda en consolidarse dos o tres años. Los seres humanos tenemos una formidable capacidad de aguantar, la mente es fuerte. Por eso para decir que la pandemia ha hecho crecer estos casos hay que esperar porque puede que no sea así. La pandemia puede haber hecho que existan muchos cuadros de ansiedad, pero la ansiedad es un síntoma no una enfermedad”.
Yo no soy experto, pero la pandemia estoy seguro por lo que veo y escucho, ha aumentado el sufrimiento de muchos, porque la enfermedad o el miedo a la enfermedad acojonan. Te acercan al precipicio, y más aún si se le añade una crisis económica lampante, la falta de trabajo y la falta de ingresos. La vida entonces es una expectativa pero se convierte en una asíntota permanente, siempre deseando que haya un respiro, una estabilidad mínima, sin llegar nunca a alcanzarlo.
A lo que iba. Errejón puso sobre la mesa una cuestión seria. Merece la reflexión del Gobierno y la adopción de medidas concretas. Y no es admisible la reacción del diputado Romero. Nos distancia más aún de una clase política que no sé si tendría que ir al médico, pero que quizá debiera haberse aplicado más en la escuela y haber atendido más en casa porque no van sobrados de formación ni de educación.
Y además…
- Es escay de Netflix. La plataforma ha estrenado el que probablemente sea el próximo éxito en España: “Sky rojo”. Creación de Alex Pina y Esther Martínez Lobato, los creadores de La casa de papel. El primer capítulo se titula “Sofá de sky rojo”, una reiteración de sky que en realidad es escay. La campaña de promoción ha sido muy potente. He visto los dos primeros capítulos y la he dejado. Si querían hacer una denuncia de la explotación sexual y la trata de mujeres les ha salido mal. Tiene unas pretensiones tarantinescas fallidas. El título no es atinado. “Sky Rojo” hace referencia al cielo, y en ese infierno del puti club en el que se desarrolla la clave es el sofá de escay de color rojo. La serie es una sucesión de violencia, sexo guarro y lenguaje obsceno. Putas que matan a sus chulos no como en la realidad. Un coche descapotable de coña, que va y viene por un desierto que nos dicen que es Tenerife, aunque pretende ser el lejano oeste. Vamos para mí, un gran fiasco y una decepción.
- Angel Gabilondo se ha reivindicado como candidato a presidir la Comunidad de Madrid con un video en el que lejos de priorizar la marca de su partido, el PSOE, busca virtudes donde muchos encuentran defectos. Convierte a éstos en sus activos electorales: “Soy soso, serio y formal” (como la canción de Loquillo). Pues lo lleva claro en la campaña, con Iglesias y Díaz Ayuso con los decibelios al máximo y dispuestos a todo. Lo cierto es que las últimas elecciones fue el más votado pero le va a costar hacerse sitio en esta campaña. De entrada, antes de iniciarse, Iglesias ya va cantando: “hay que hacer frente a la derecha criminal y es más que probable que Ayuso acabe en prisión”. Nada soso, poco serio y muy informal.
En la España democrática el único partido que ha gobernado al que se puede calificar de criminal es al PSOE, que fue responsable de graves crímenes de Estado, según sentencias del Tribunal Supremo. Y lo de que Ayuso vaya a prisión está obligado a aclararlo. No vale todo. Y para presentarse como “soso, serio y formal” que está en la izquierda que cambia las cosas de verdad lo hizo junto a Pedro Sánchez gritando: “La Comunidad de Madrid tiene bloqueados 600 millones de ayudas a las pymes”. Esto es mentira. Un doble juego que les puede salir entre mal y muy mal.
Y para terminar…
- La Fiscalía del Tribunal Supremo ha avalado las condenas a varios ex dirigentes del PNV en un gravísimo caso de corrupción en el País Vasco. El fallo acredita que ex dirigentes del PNV crearon en 2005 una red para la obtención irregular de contratos de las administraciones gobernadas por ellos.
- Apasionante historia la de Charles Thomas, un jugador de baloncesto que jugó en el Barcelona entre 1970 y 1975. Ha reaparecido 40 años después de que se le diera por muerto. Tiene ya 74 años y vive en un geriátrico de Amarillo (Texas), donde le ha localizado su ex-compañero Norman Carmichael.
- Terrible semana en Canarias, donde han llegado decenas de cayucos, pero claro, como siempre, muchos de ellos con pocos de los tripulantes que zarparon en ellos. Las embarcaciones llegaban repletas de mujeres y niños, muchos de los cuales han perdido la vida. Y Salvamento Marítimo, donde trabajan profesionales de primera, no dispone de todos los medios necesarios para abordar este drama.