“Videollamadas a partir de Teams para impulsar un club de lectura de barrio”. ¿Cómo suena este propósito? No es ciencia ficción ni un llamado «frikismo», sino una práctica habitual emprendida por agrupaciones culturales, bibliotecas municipales o locales e incluso instituciones públicas. Todas ellas han visto las videollamadas como una oportunidad gracias a la facilidad de los usuarios para conectar e interactuar en una sociedad cada vez más dependiente de las nuevas tecnologías. Sobre todo emplea herramientas y plataformas de comunicación para ponerse en contacto con otros usuarios, sin importar que estén a cientos de miles de kilómetros, o que incluso puedan estar en la vivienda de al lado. Los usuarios buscan en el tiempo y la distancia una manera de compartir, por ejemplo, con la lectura, vivencias experimentadas a través de un libro.
El objetivo: fomentar la lectura
Clubes de lectura y grupos de lectura colaborativos se han visto reforzados gracias al mundo virtual. A través de las redes y de este tipo de plataformas de comunicación, han logrado extenderse a más cantidad de gente.
Organismos como el Instituto Cervantes, bibliotecas municipales e incluso la red de bibliotecas de cada Comunidad Autónoma, también se han animado a impulsar y fomentar la lectura. ¿Cómo? A través de clubes y otras actividades como cuentacuentos, debates o simposios desarrollados de manera online. El objetivo de todos ellos ha sido “la lectura social en línea y poder debatir a distancia en torno a destacadas obras de la literatura”
Así que, tal y como indican desde eBiblio, solo durante los meses de marzo y abril de 2020 experimentaron “un notable incremento de uso debido a la excepcional situación generada por el estado de alarma. En estos dos meses eBiblio realizó 794.797 préstamos, lo que supone un 69,1 % del total de préstamos realizados en 2020”. Además, “respecto a los nuevos usuarios inscritos en este año, un 80,5 % se dieron de alta durante los meses de marzo y abril”.
Clubes virtuales por amor a la lectura
En cuanto a los clubes de lectura, muchos han nacido en este 2020 al amparo de las videollamadas, las redes sociales y el universo online. De hecho, esta nueva realidad ha facilitado la conexión de muchas personas interesadas en continuar leyendo y compartir sus impresiones con otros lectores de manera virtual. No se pueden tocar y no pueden compartir reuniones y charlas en un lugar físico cerrado. Sin embargo, todo eso está siendo sustituido por continuas intervenciones en chats de WhatsApp o incluso videollamadas por Zoom.
Como explica Jesús, administrador de un pequeño club de lectura en un populoso barrio de Madrid: “somos solo 20 miembros, pero hemos nacido en octubre. Aunque las reuniones presenciales (para esto y para cualquier otra actividad) son insustituibles, si no las hacemos es por la pandemia, creo que las tecnologías ayudan. Por ejemplo, en nuestro grupo de WhatsApp se amplían las posibilidades de comunicación, facilita que algunos miembros intervengan. Mantiene el grupo vivo y activo entre una reunión y la siguiente”.
¿Virtual o presencial?
Estas reuniones del club, explica Jesús, “son por videoconferencia, pues las distintas situaciones personales, domicilios alejados y horarios dispares dificultan la reunión física”. No descartan que en el futuro estas reuniones puedan ser actividades mixtas, en buena parte virtuales pero con encuentros presenciales más distanciados.
En definitiva con reuniones virtuales o encuentros por WhatsApp, en lo que están de acuerdo administradores y miembros de estos nuevos clubes de lectura, es en que la “esencia no cambia por ser virtual o presencial”. Además, como explica Jesús, “hasta ahora los intercambios de opiniones por WhatsApp y las videoconferencias han sido muy vivos, espontáneos y de gran riqueza. Creo que si a medio plazo no logramos tener alguna reunión presencial, nos faltará algo y nos costará consolidar el grupo”.
Como explica este administrador de un pequeño club de lectura local, si hay que calibrar un hipotético balance entre “la tensión virtual contra presencial, estaría a favor de que las tecnologías a distancia han ayudado mucho. Es más, ¿cuántas personas hubieran asistido a la convocatoria de una primera reunión presencial para formar el club de lectura?.”
En estos casos está claro que la tecnología puede ser más fría que un encuentro, pero acerca posiciones que de otra manera, estarían totalmente alejadas por tiempo y distancia.