Los animales, al igual que las personas, son capaces de comunicarse mediante gestos, sonidos e incluso posturas corporales. El caballo en concreto tiende a ser un animal muy expresivo, y además, es capaz de transmitir sus sentimientos con prácticamente cualquier parte de su cuerpo.
Los seres humanos podemos tener la habilidad de comunicarnos con los equinos si prestamos la atención requerida. Es decir, podemos adaptar nuestro lenguaje y nuestros movimientos para enviarles señales. Los indios chickasaw crearon un lenguaje llamado «equs» que se basaba en unas señas corporales acompañada de unos sonidos concretos; tal fue el éxito de este lenguaje que los nativos americanos enseñaron el equs a muchos colonos, lo que hizo que muchas de las señas tradicionales de la doma clásica americana se debiesen a este lenguaje.
El relincho y el resoplido son dos de los sonidos con los que los caballos se comunican de manera general. Si el rocín resopla, nos está indicando que ha detectado algún peligro cerca de su entorno, o que se siente frustrado. Ciertos expertos consideran que la intensidad con la que realiza este sonido, refleja el grado de activación emocional en el que se encuentra el caballo. En lo que respecta al relincho, es un sonido que el caballo utiliza para expresar excitación o un comportamiento agitado; para hacer notar su presencia cuando se ve separado de su manada, o ve a su madre o a su dueño.
El cuerpo del caballo transmite sus emociones
El cuerpo entero de un caballo puede indicarnos cómo se encuentra emocionalmente el animal, como sucede con los perros o los gatos. Si el rocín está temblando, significará que se siente asustado, que tiene miedo de algo. Si se encuentra en tensión, sus músculos estarán rígidos y muy contraídos; apenas se moverán, y los pocos movimientos que haga el caballo se verán forzados y pocos fluidos: esto no solo puede indicar que están estresados o nerviosos, sino que puede dolerle algo.
Si, en cambio, se alarga hacia ti y te toca con el hocico o busca morderte o pellizcarte de manera suave, indica que se encuentra juguetón y quiere estar cerca de ti; reclamaría entonces mimos y atención porque te encuentra simpático. En el caso de que el animal se aparte de ti o del resto de animales, indica que desea intimidad y un poco de espacio.
Cuando un caballo mantiene la cabeza hacia arriba, intenta decirte con esto que te está prestando atención, todo lo contrario a si la tiene hacia abajo, pues quiere decir que está tranquilo o que se siente somnoliento. Si el caballo empieza a golpearnos con la cabeza, debemos alejarnos: esto es una forma de decirnos que está enfadado y que es capaz de atacarnos; si además la mueve hacia atrás, probablemente se encabrite.
La cola del caballo es un fiel indicador del estado de ánimo del animal. Al igual que los perros, si la esconde entre las patas nos estará diciendo que siente miedo de algo. Si le cuelga y la zarandea con calma, significa que el caballo está relajado y se encuentra feliz con quien está. Si por el contrario la agita bruscamente y se golpea con ella, significa que está muy enfadado y nervioso y que es mejor dejarle tranquilo para que se relaje. Otro detalle más es que, a través de la posición de las orejas, podemos saber el estado de ánimo de nuestro compañero, si está sufriendo algún dolor e incluso si se ha enamorado.
Unas orejas sueltas y relajadas son una buena noticia: muestran que el corcel se encuentra feliz, tanto con la persona a la que acompaña como el entorno en el que se encuentra. Si están levantadas y tiesas, quiere decir que el animal está esta alerta ya sea porque se siente en peligro o porque incluso quiera salir huyendo.
En el caso de que las orejas le cuelguen, el caballo querrá expresar aburrimiento y que le apetece jugar o distraerse. Si las mantiene hacia atrás pero igualmente relajadas, tendríamos a nuestro compañero en un estado sumiso. Si las tiene tiesas, significa enfado, ¡hay que mantenerse alerta y no molestarle! Al igual que con cualquier animal, conocer los gestos corporales de los caballos es muy importante para poder comprenderlos y comunicarte con ellos, ya que esto permite crear vínculos más fuertes con nuestros compañeros. ¿Y tú, has tenido alguna experiencia con estos nobles animales?